Llevamos más de un año inmersos en una pandemia mundial por la Covid-19. Hemos estado confinados en nuestras casas y el virus ha golpeado sin miramientos, llenando los hospitales y trastocando nuestro día a día. Sin embargo, hay personas que parecen no ser conscientes de lo que ocurre a su alrededor. Tal es el caso del vecino de Ontinyent que fue detenido el pasado viernes por agentes de la Policía Nacional como presunto autor de un delito de desobediencia grave: fue visto por una misma patrulla hasta en cuatro ocasiones en la vía pública fuera del horario permitido por el toque de queda. El arrestado, de 29 años de edad, se negó reiteradamente a cumplir las indicaciones de los policías.

Los hechos ocurrieron entre las diez y las once de la noche, horario en el que según la normativa vigente no está permitido permanecer en la vía pública sin un motivo justificado.

Los agentes, tras mediar en una discusión familiar entre dos hermanos en un portal, se vieron obligados a indicar a uno de ellos que, debido a la hora que era, no podía estar en la calle y debía regresar a su domicilio. Sin embargo, luego comprobaron que hizo caso omiso a sus indicaciones, localizándolo hasta en otras tres ocasiones deambulando por la vía pública.

Esperar a que abran los bares

En cada una de las ocasiones en las que la patrulla observó al hombre en la calle, los policías le comunicaron que debía irse a casa, puesto que estaba incumpliendo el horario del toque de queda y no tenía ninguna justificación para ello. Éste, sin embargo, les respondió que quería consumir alcohol y que iba «a esperar en la calle hasta que abran los bares y punto», desobedeciendo reiteradamente las indicaciones.

Por este motivo, los policías, tras localizarlo por tercera vez en la calle, lo propusieron para sanción por incumplir la normativa sanitaria vigente.

Finalmente, tras verlo una cuarta vez en la vía pública desobedeciendo de nuevo a sus indicaciones y reafirmando su intención de esperar hasta las seis de la mañana, lo detuvieron como presunto autor de un delito de desobediencia grave.

El arrestado, sin antecedentes policiales, fue puesto a disposición judicial.

Las infracciones del toque de queda se castigan con multas de entre 60 y 600 euros y se considera grave cuando la infracción supone una especial peligrosidad para las personas o cuando se suman tres infracciones leves en un mismo año.