El último pleno municipal del Ayuntamiento de la Font de la Figuera, celebrado el pasado jueves por la noche, alcanzó un nivel de crispación mucho más extremo de lo habitual, ya elevado de por sí, y acabó con varios regidores de la oposición expulsados del salón plenario y con otros que se marcharon por voluntad propia. El momento de mayor tensión llegó al final, cuando la portavoz del PP Mª José Penadés se dirigió al alcalde, Vicent Muñoz, para señalarle que «lo que quiere es parecerse físicamente» a ella misma. Un diálogo que desde el grupo municipal de Compromís consideran «un ataque homófobo», el último de varios que le cargan a Penadés, y por el que piden la dimisión de la concejal popular.

Según asevera el comunicado de Compromís, Penadés lanzó varios improperios contra el alcalde, «como es demasiado frecuente», y «sobrepasó todos los límites» de la «decencia» con el denunciado ataque. Afirman que no es la primera vez que la regidora del PP —quien fue alcaldesa de 1995 a 1999— ataca al alcalde por su orientación sexual, y señalan que en la pasada legislatura «invitó (a Muñoz) a ponerse tacones por el hecho de utilizar palmito en los actos públicos».

Por todos estos antecedentes, Irene Vila, portavoz de Compromís en el pleno de la Font, pedía la «dimisión inmediata» de Penadés. «Es intolerable que a estas alturas los partidos pertian que en las instituciones públicas todavía haya personas que utilizan la homofobia como arma política», denunció la regidora.

Mª José Penadés, por su parte, aseveró que el comentario nació en un tenso intercambio en el que Muñoz le acabó negando la palabra, y negó tener ninguna intencionalidad homófoba: «Me parece ridículo que use su condición sexual para politizar. Yo no veo ningún tipo de problema en la identidad sexual, ni muchísimo menos. Es natural», trasladó la portavoz popular, que a su vez le afeaba al alcalde «el trato y las burlas» que, afirma, le dedica en los plenos.

El alcalde de l’Alcora recibe un apoyo unánime

El de la Font de la Figuera no fue el único ataque homófobo a un representante municipal que ocurriese el jueves. En l’Alcora, en la provincia de Castellón, apareció una pintada en un muro: «El alcalde es maricón». El graffiti llamó la atención de los vecinos y del aludido, Samuel Falomir, quien lejos de molestarse contestó en redes sociales con un mensaje muy aplaudido: «Mi pregunta al autor es: ¿ahora te enteras? No me indigna que me llames maricón, me indigna que ensucies nuestro pueblo». El munícipe encontró el apoyo unánime de sus vecinos y de toda la red.