Bèlgida, Otos y Carrícola se alían contra el histórico déficit de agua para riego

Las comunidades de regantes y ayuntamientos impulsan una agrupación para gestionar los nuevos embalses que garantizarán los recursos en verano y rebajarán los costes energéticos con una inversión de 1,2 millones de la Generalitat

Belgida. Vistas de la poblacion.

Belgida. Vistas de la poblacion. / PERALES IBORRA

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Las comunidades de regantes de Otos, Bèlgida y Carrícola están tejiendo un frente común junto a los ayuntamientos de estas pequeñas poblaciones de la Vall d'Albaida para poner remedio al histórico déficit de agua que padecen los regantes de la Ombria del Benicadell, agravado en épocas de sequía, cada vez más frecuentes por los efectos del cambio climático.

Las entidades de riego implicadas han convocado juntas generales para las próximas semanas en las que se votará su integración en una agrupación conjunta bautizada como la Comunidad General de Regantes Ombria del Benicadell. De esta manera darán cumplimiento al requisito previo exigido para poder ejecutar un ambicioso proyecto diseñado y financiado por la Conselleria de Agricultura y Desarrollo Rural que consistirá en la construcción de uno o dos embalses de riego que almacenarán agua durante el invierno aprovechando el precio más barato de la luz para garantizar el abastecimiento durante los meses de más demanda en verano, evitando además los costes desproporcionados de energía que hasta ahora están asumiendo los agricultores, especialmente durante la época estival.

Los presupuestos de la Generalitat de 2023 recogen la inversión de la nueva infraestructura, que tendrá un coste total de 1,21 millones de euros. Para este año la administración autonómica contempla desembolsar 10.000 euros en el proyecto, que se sumarán a otros 300.000 euros en 2024. El resto del gasto se repartirá en años posteriores.

Un proceso lento y farragoso

La iniciativa lleva tiempo gestándose, concretamente desde que la sequía de 2016 activó las alarmas en la zona por los problemas que provocó la falta de agua en el abastecimiento. Bèlgida a punto estuvo de suspender el servicio de agua potable y tuvo que echar mano del agua de los regantes, que a su vez sufrieron restricciones por la falta de recursos en el acuífero de la Ombria del Benicadell. Ante la inquietud generada, los ayuntamientos de Bèlgida, Otos y Carrícola comenzaron a batallar ante las administraciones superiores para encontrar una solución.

El planteamiento de la conselleria fue presentado hace un año y medio, aunque los farragosos trámites retrasan su desarrollo y han sido numerosas las reuniones celebradas entre todas las partes para avanzar en su ejecución. En el proceso han surgido debates y diferencias entre los regantes, sobre todo referentes a la regulación de los derechos de riego, aunque el clima de aceptación es mayoritario.

La Generalitat se ha comprometido a construir tanto la balsa de almacenamiento como todas las instalaciones que repartirán el agua por los tres términos municipales. La nueva Comunidad General de Regantes absorberá los derechos de riego y se cumplirá con las concesiones y aportaciones de cada entidad integrada. El sistema de riego se automatizará, con una sala de control desde la que se controlará el abastecimiento.

"El objetivo es evitar los problemas que tienen los tres municipios en verano, cuando todo el mundo quiere regar y a veces no es suficiente con el agua del pozo ni siquiera teniéndolo 24 horas trabajando", explica el alcalde de Bèlgida, Diego Ibáñez, que recalca que el suyo es un pueblo pequeño (650 habitantes) pero con un gran término de 17 kilómetros cuadrado en el que prácticamente todos los vecinos riegan y la agricultura sigue siendo un gran sustento. "Teníamos que buscar alguna manera de abastecer a todos y reducir los costes, porque en verano los gastos de energía se disparan y son insoportables", incide Ibáñez. De esta manera, el proyecto también permitirá abaratar la factura de la luz a los regantes.

El presidente de la comunidad de regantes de Otos, Antonio Cardona, asegura que existe "una voluntad absoluta" para llevar a cabo la actuación porque "hace mucha falta", aunque lamenta que los trámites vayan tan lentos y teme que la nueva instalación no esté lista hasta dentro de mucho tiempo. "Nosotros estamos yendo lo más rápido posible", observa. "La Ombria del Benicadell es pobre en agua y somos deficitarios: la única solución es llenar los embalses en invierno para gestionarlos en verano", ahonda Cardona, cuya comunidad aglutina a un centenar de regantes.

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