No todo es puro teatro

"El teatro es espectáculo y ficción, pero de la justicia y la política quizás se podría esperar sensatez, honestidad y generosidad. Al fin y al cabo, es lo que siempre prometen"

Homenaje a Manolo Miralles en el Gran Teatre de Xàtiva.

Homenaje a Manolo Miralles en el Gran Teatre de Xàtiva.

Mar Vicent

En la semana que conmemora el Día internacional del Teatro, bueno es recordar que la vida es teatro, como dijo William Shakespeare, aunque no sea bueno excederse llevando la actuación, la farsa y el postureo a extremos inaceptables. 

El teatro es una disciplina artística de enorme valor que en su mejor versión es una herramienta que permite escapar de forma momentánea de las propias miserias para participar de vidas ajenas y sentir emociones fruto de experiencias nunca vividas. Teatro, buen teatro, es lo que ofrece el Gran Teatro de Xàtiva en su programación cuatrimestral con una oferta diversificada en la que ha entrada la música, la danza, la obra clásica y la contemporánea sin olvidar el teatro infantil. Una programación para todos los gustos con un abanico lo suficientemente amplio como para satisfacer múltiples preferencias, ya sean fans de Nino Bravo o de Manolo Miralles, amantes del circo, admiradores del réquiem de Mozart o aficionadas a monólogos divertidos y descarados como el de María Juan. 

Pero hay otro tipo de teatro que ofrece espectáculos que también impresionan, aunque no especialmente por su belleza, su altura de miras o los sentimientos que despierta. No hay más que presenciar una sesión del Congreso a verse un telediario 

A veces los informativos, parecen una tragedia rancia, penosa y dañina al exaltar al villano que se libra de una justicia torpe e inoperante. Eso es el culebrón judicial protagonizado por el futbolista sentenciado por violación, que a golpe de talonario consigue primero ver reducida su pena y después salir de la cárcel antes de lo previsto. Y lo hace sin ninguna clase de truco escénico, con una fianza de un millón de euros que es una cantidad inaccesible y fantástica para la mayoría de los mortales, pero no de personajes que creen que su calidad deportiva les exime de una mínima calidad humana en su relación con las mujeres. No parece estar en el guion, pero quizás su salida de prisión origine algún milagro, como sucedió con Zaplana excarcelado hace 6 años por su gravísimo estado de salud y que ahí sigue, como anuncian los titulares cuando asiste a algún sarao que otro. Judicial, claro.

A veces la realidad política, es un libreto especialmente carente de calidad por previsible, por decepcionante, por falto de imaginación y creatividad. Es lo que sucede viendo al nuevo gobierno de la Generalitat valenciana legislando sin contemplaciones y sin el menor interés por construir un espacio político apto para todos los públicos, desde un mínimo entendimiento.

Así se entiende su propuesta de ley de Educación que puede ser un golpe mortal para el valenciano, una lengua necesitada de apoyo y refuerzo para no convertirse en recuerdo, lo que sería una enorme pérdida para gran parte de la ciudadanía valenciana. O la ley que cambia A Punt que no es más que la adaptación de la cadena pública a la ideología y objetivos de los nuevos gobernantes. Una práctica quizás habitual al llegar al poder, pero criticable en cualquier caso porque es evidente que los medios de comunicación no deberían estar al servicio de nadie, ni siquiera de quien les da de comer. Otra ley inminente, sobre la memoria histórica, ahora llamada Ley de la Concordia, aunque sea la mar de discordante, se lleva por delante todo el esfuerzo realizado por cerrar heridas y equilibrar una balanza que durante mucho tiempo se inclinó descaradamente por una de esas dos Españas que helaron el corazón de tantas generaciones.

El teatro es espectáculo y ficción, pero de la justicia y la política quizás se podría esperar sensatez, honestidad y generosidad. Al fin y al cabo, es lo que siempre prometen. 

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