"Espero que como actor me vaya mejor que como político, porque si no sería una catástrofe", se deseaba hoy a sí mismo el escritor peruano, que se siente "muy nervioso, asustado y, al mismo tiempo, feliz" ante su nueva experiencia teatral, la tercera ya después de "La verdad de las mentiras", en 2005, y de "Odiseo y Penélope", en 2006.

La versión "muy libre" que Vargas Llosa ha realizado de "Las mil noches y una noche" -ese es el título original de la obra-, ese clásico que como ningún otro encarna "la función tan humanizadora y civilizadora que tiene la ficción", fue presentada hoy en la Casa Árabe con la intervención de su directora, Gema Martín; del director de la obra, Joan Ollé; del director de la Oficina del Autor, Basilio Baltasar y, por supuesto, de la pareja protagonista.

La obra, de cuyo diseño escenográfico se ha encargado el pintor Eduardo Arroyo, inaugurará los Veranos de la Villa de Madrid, y luego se representará en Sevilla, el 17 y 18 de julio, y en Santa Cruz de Tenerife, el 26 y 27 de julio.

Si para Sánchez-Gijón trabajar junto a Vargas Llosa, uno de sus escritores predilectos, ha sido "un honor", para el novelista "la experiencia de subir a un escenario ha sido maravillosa. Pocos autores tienen el privilegio de, además de inventar ficción, poder vivirla en un escenario", aseguraba.

Para su versión de "Las mil noches y una noche", el escritor ha elegido algunos de los cuentos "menos conocidos" y los ha articulado "con toda libertad" para que tuvieran unidad.

"El resultado es una adaptación minimalista de una gran clásico de la literatura, cuyo sentido primordial es un homenaje al cuento, esa tradición tan antigua como el lenguaje. Hombres y mujeres han sentido desde siempre la necesidad de contarse historias, de vivir vidas alternativas mediante la palabra y la fantasía", decía el escritor, que hará del rey Sahrigar, mientras que Sánchez Gijón interpretará a Sherezada.

Al autor de "La casa verde" o "Conversación en la catedral" le ha sido "muy fácil" adaptar "Las mil noches y una noche", esa obra que, en contra de lo que se suele creer, "no es un libro árabe traducido a las lenguas occidentales", sino que se trata de "multitud de historias, orales y escritas, de origen persa, indio y árabe, procedentes de los siglos IX y X, aunque principalmente del siglo XIII".

Además de metamorfosearse en el Rey Sahrigar y en Sherezada, la pareja de actores tendrá que interpretar también los múltiples personajes de las historias que ella le cuenta al rey para librarse del verdugo.

"Ha sido una experiencia muy fascinante trabajar en esta adaptación; sigo aprendiendo cosas sobre el teatro cada día", afirmaba el escritor.

Aitana Sánchez Gijón alabó la profesionalidad de Vargas Llosa como actor y dijo que tiene "mucho más oficio" que cuando subió por primera vez a un escenario. Actúa "con humildad y entrega, porque se arremanga y suda la camiseta", dijo la actriz.

Vargas Llosa no sabe muy bien por qué nunca se ha atrevido a representar sus propias obras teatrales y cree que es "por timidez".

"Hubiera sido una locura interpretar un personaje creado para el teatro", decía este escritor al que no le gusta ponerse nota en ninguna de las facetas que ha desarrollado en su vida: novelista, dramaturgo, periodista, político o actor.

"Si me va como actor como me fue de político, sería una catástrofe", decía con su proverbial sentido del humor Vargas Llosa, que en los años 80 aspiró sin éxito a la presidencia de Perú.

De momento, espera ilusionado su estreno del 2 de julio, aunque está "muy nervioso". En los ensayos, que realizan en un salón "sin ventanas" del teatro Español, se muere "de miedo", siente "pánico" y se olvida del texto a veces.

"Pero al mismo tiempo estoy gozando increíblemente, porque es una gran felicidad toda esa experiencia. No me cambiaría por otra persona", asegura feliz.