La gala de anoche de los actores y actrices valencianos podría haber sido la del año anterior. O la del otro. El contenido crítico del discurso de los responsables del sindicato de intérpretes (AAPV) fue equiparable al de los ejercicios pasados. Con algo más de cansancio. O de hartazgo.

La nota diferente fue la presencia de los principales responsables de la política cultural valenciana. No estuvo la consellera, pero sí el hombre fuerte en materia teatral y nuevo interlocutor del sector, el director general de CulturArts, Manuel Tomás. También el secretario autonómico de Cultura, Rafael Ripoll. Inmaculada Gil Lázaro (responsable de teatro en CulturArts) no estaba invitada, por primera vez en los últimos años, aseguraron los responsables del sindicato.

"La protesta, la reivindicación, el fastidio, la desesperación y las demandas son las mismas exactamente" que hace tres años porque "no se ha avanzado nada", clamó el presidente de la AAPV, Ferran Gadea, en el discurso de apertura de la velada, compartido en forma de diálogo con Juli Disla. Este le dio la réplica: "Que se ponga fin a esta situación sangrante, que se encuentren vías de solución con urgencia, que se escuche nuestro grito y que reconozcamos que se está perdiendo el futuro".

El lugar de la ceremonia fue el de otros años (el Teatre Talia de Valencia), pero no fue un escenario accidental. Hubo varias menciones al abandono de la gestión pública de este desde el pasado mes de enero.

"En estos años -dijo Gadea-, hemos dejado de trabajar dignamente, nos hemos inventado maneras precarias de mantener vivo el teatro y estamos intentando sobrevivir y desear que esto se acabe en algún momento".

El presidente de la asociación de actores recordó que durante el último año el colectivo ha ido a la huelga, ha participado en la creación del Observatori de les Arts Escèniques, ha "asaltado escenarios públicos", ha "llorado por el Talia", se ha reunido tres veces con la anterior consellera de Cultura y una con la actual, ha pedido la destitución de una responsable "que entorpece la solución y que ha despilfarrado los recursos públicos durante muchos años". Pero, pese a todo ello, "aquí no ha cambiado nada".

Sin embargo, pese a los pocos cambios logrados con sus reivindicaciones, la entidad insistió ayer en reclamar una política teatral basada en "la planificación, el consenso, la profesionalidad, la transparencia y la visión de futuro". Y alejada, remató Disla, del "cutrerío que destilan las acciones de la antigua directora general" (Gil Lázaro).

Precisamente, en uno de los gags de la gala apareció una mujer amordazada y maniatada, que se podía identificar con la situación de la exdirectora de Teatres.

El acto, dirigido por Jaume Policarpo, tuvo también su recuerdo para Radiotelevisió Valenciana (RTVV): "Lleva más de un año con las series paralizadas, anuladas y desaparecidas. Y con el doblaje directamente muerto y enterrado". Por esta razón, el sindicato de intérpretes declaró desierto el premio para los dobladores valencianos.