El matador de toros valenciano Vicente Ruiz «El Soro» viaja el próximo miércoles rumbo a México, donde va a tomar parte en un festival taurino. Un festejo que se celebrará el próximo sábado, día 21 de septiembre, en la plaza de toros de Tijuana. En el mismo se van a lidiar reses de la ganadería de El Llano y el espada de Foios actuará acompañado por los matadores locales Rafael Gil «Rafaelillo» e Ismael Gómez «Mayito» y del novillero valenciano a quien apodera, Cristian Climent. Este festejo, para el que Vicente ha estado preparándose intensamente a los largo de las últimas semanas, significará su reaparición en público y será un paso más en la intensa puesta a punto que está llevando a cabo de cara a su vuelta a los ruedos vestido de luces, un proyecto que quiere ver hecho realidad en la temporada 2014.

Dentro de esta preparación, ayer volvió a ponerse delante de un astado, en la finca del matador de toros Dámaso González, donde pudo torear, después de muchos años, con el capote y la muleta. Ya lo había hecho este año en la finca de Luis Francisco Esplá, pero en esta ocasión ha sido diferente. «Ha sido una gran experiencia y me he visto muy bien. Llevo entrenado muchos meses, sacrificándome. He perdido peso, vivo en torero y la rodilla va respondiendo bien, dentro de las circunstancias».

Según ha declarado el propio espada, «tras la última operación a la que me sometió a el doctor Pedro Cavadas, la evolución es más que satisfactoria. La articulación ha recuperado movilidad, puedo apoyar la pierna sin problemas y soy capaz de flexionarla más de 120 grados. Tras haber sufrido 32 operaciones, no veía el final del túnel. Haber toreado de nuevo ha sido un gran espaldarazo para mi moral».

Vicente, quien el pasado mes de mayo cumplió 51 años, no pierde la ilusión de volver a torear vestido de luces. «En un principio el compromiso que me había marcado era el de volver a los ruedos, aunque fuera por un día. Como dije en su momento, el objetivo era dar un testimonio de esperanza a todos aquellos que, como yo, padecen o han padecido enfermedades y tratan de superarlas. Ahora tengo por delante torear el festival del sábado en una plaza importante en México como Tijuana. Alternaré con Cristian Climent, el novillero a quien apodero y que debutará en breve con picadores. Me ilusiona este viaje, porque aprovecharé también para celebrar la comunión de mi hija pequeña, que será al día siguiente.

A medio plazo, los objetivos de El Soro, de quien el próximo ciclo fallero se conmemorará el 32 aniversario de su alternativa, es hacer el paseo en el coso de la calla Xàtiva. A pesar del escepticismo de algunos, Vicente asegura: «Mi ilusión es volver a vestirme de torero, en la plaza de toros de Valencia, el día de San José y si fuera posible junto a Enrique Ponce y Manzanares, en lo que sería un cartel muy valenciano. Sé que hoy por hoy es algo que a muchos les puede parecer imposible, algo irrealizable. Pero nunca he perdido la esperanza de hacerlo antes o después. Por mí no va a quedar».

Con todo, es consciente de las dificultades del proyecto. «Todavía tengo y voy a seguir teniendo grandes carencias. Con la prótesis y la rodilla biónica que tengo, la pierna es siete centímetros más corta que la otra, por lo que debo utilizar cuñas para poder equilibrar. Tengo que perder más peso, la movilidad que tengo no es la misma, pero yo no pierdo la fe. Aunque el médico me dice que estoy loco, pero por mí no va a quedar». La última corrida que toreó El Soro en público fue la celebrada el 8 de abril de 1994 en la plaza de Benidorm, fecha en la que estoqueó en solitario siete toros de diversas ganaderías, cortando siete orejas. Al día siguiente actuó en un festival en Segorbe, en el que fue su último paseíllo.