La plaza se llenó casi en su totalidad en el festejo de rejones matinal, en el que se lidiaron toros de Fermín Bohórquez. Compusieron un lote bien aunque desigualmente presentado. El primero tuvo muchísima nobleza aunque quiso más que pudo y se apagó pronto. Tampoco tuvo mucho celo el segundo, que se agarró al piso enseguida y apenas tuvo recorrido. Tuvo más fondo y prontitud el tercero, que persiguió con más celo las cabalgaduras. También dio un buen juego el cuarto. Galopó con fijeza aunque debido a lo estresante de su lidia, acabó por pararse. El quinto tuvo tanta nobleza como poco gas. Y el cierraplaza tuvo mucha presencia y sirvió.

Cartagena firmó una gran actuación en los dos de su lote. Paró y templó de salida con Cuco, y luego en banderillas sobresalió cabalgando dos pistas con Cupido, toreando a la grupa, en sus pasadas por los adentros, en los quiebros, balanceos, piruetas y en las cortas al violín. Clavó reunido y arriba y puso al público en pie con los alardes de monta a lomos de Humano. Mostró un poderío extraordinario.Mató de dos rejonazos de defectos fulminantes.

Diego Ventura falló en el rejón de castigo en su primero. Luego, a lomos de Nazarí, un imponente caballo, lució en banderillas. Montando a Ritz, clavó tres ajustadísimos pares al quiebro y con Remate colocó tres cortas en cercanía de terrenos y siempre al estribo. Y realizó una importante labor ante el quinto, plena de recursos, con alardes de monta y pasadas por los adentros, dejando llegar mucho con Roneo. Y con Milagro realizó un quiebro extraordinario por lo inverosímil de su ajuste. Su deficiente manejo del rejón de muerte le privó de trofeos.

Y la francesa Lea Vicens gustó por la elegancia, la apostura y la ortodoxia de su monta a lo largo de toda la mañana. Aunque alguno de sus caballos se acobardó y tendió a huir en los embroques, se sobrepuso y a lomos de Bético clavó con ajuste por los adentros, y montando a Desafío lució en el tierra tierra, en los balanceos y clavando las banderillas cortas. Gustó a la concurrencia.