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Cine

La Mostra no será festival (aún)

La Mostra Viva necesita garantizar la continuidad del proyecto para que la Fiapf le devuelva la calificación de certamen con filmes a competición - La iniciativa reúne 120.000 euros de apoyo institucional, pasa de 4 días a una semana y negocia con Mariscal el cartel

El Ayuntamiento de Valencia descarta de momento resucitar y asumir la Mostra de València con una estructura propia. No hay «capacidad económica» y la situación actual es distinta, con otros proyectos cinematográficos «bien interesantes» que también hay que apoyar, argumenta la concejal responsable de Cultura, Glòria Tello. Así que los rescoldos de la vieja Mostra de Cinema del Mediterrani quedarán, como los últimos años, desde su desaparición en 2011, en el proyecto ciudadano de la Mostra Viva.

Esta contará en 2016 con un apoyo institucional superior al que ha tenido hasta ahora, aunque no el suficiente para volver a ser un certamen con una sección oficial con películas a competición. «No podemos hasta que no se recupere la calificación de festival que concede la Fiapf y que se perdió», explica a Levante-EMV el presidente de Mostra Viva, Vicent Tamarit.

Para recobrar esa acreditación de la Federación de productores de cine (Fiapf), la que regula los certámenes de todo el mundo, se necesita un respaldo institucional en forma de convenios y acuerdos que garantice la continuidad del proyecto. Y eso, por ahora, no se tiene.

Ser no un certamen, sino un festival competitivo especializado, como lo fue en el pasado la Mostra, es «un paso adelante» que se confía conseguir en el futuro. Tal vez en 2017, afirma Tamarit. Supone el estreno de filmes, que hay que buscar y seleccionar. Por tanto, requiere mayor infraestructura.

Habrá «trobada d'escriptors»

Sí se tiene por ahora el compromiso de la Conselleria de Educación y Cultura de aportar 50.000 euros en 2016, la misma cantidad que entregará la Diputación de Valencia. Se unirán a los 20.000 euros que pone el ayuntamiento. Y además están las cesiones de espacios, como la Biblioteca Valenciana, que la dirección general de Cultura pone a disposición del proyecto para poder sumar al programa una Trobada d'Escriptors. O el Palau de la Música, donde volverá a celebrarse el encuentro de músicos.

El mayor apoyo institucional permitirá que la Mostra Viva pase de un acontecimiento cultural de cuatro días a ocupar una semana. Ya hay fechas: del 7 al 16 de octubre, las fechas tradicionales del festival, en otoño, antes de que el último director, Salomón Castiel, decidiera el efímero traslado a la primavera previo a la defunción decretada por la entonces alcaldesa Rita Barberá para ahorrar los 1,7 millones que costaba.

Ajenos a la casquería que salpica desde la Ciudad de la Justicia a esta etapa (con supuestas mordidas y contratos a amigos y parientes de los gobernantes municipales del PP), la asociación ciudadana que promueve Mostra Viva —ya son más de cien miembros— insiste en recuperar el espíritu inicial del proyecto. Por eso negocia con Xavier Mariscal para que diseñe el cartel de 2016. «Supondría que hemos recuperado a los cuatro cartelistas vivos que colaboraron en los años 80», destaca Tamarit.

Otra novedad que está cerca es la recuperación de las sesiones nocturnas de cine: existe un inicio de acuerdo con Aragó Cinemes para que las acoja.

El asunto de los refugiados, añade el presidente del certamen, estará muy presente, con el fin de fomentar la conciencia de la solidaridad con la otra orilla del Mediterráneo. Al fin y al cabo, el empeño por resistir y no rendirse de los expatriados está también en el ADN de Mostra Viva y de las experiencias culturales surgidas desde la ciudadanía en tiempos de crisis y gobierno local del PP.

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