Francisco Javier Jíménez Algora „Paco Algora„ ha muerto para la vida pero jamás dejará de existir para la cultura. Desde Vejer (Cádiz), se mantenía ilusionado por reverdecer la primavera de su gran amor, la cultura escénica española. «Mi mensaje es contra la censura que cada vez es más evidente, lo que pasa es que el personal no quiere verlo; hoy se manipula impunemente a Valle Inclán, Chejov, Ibsen y a cualquier otro; porque el teatro tiene un peligro y es que hace pensar y eso no interesa».
A poco más de un mes de su muerte „el 30 marzo„ estuvo Valencia para ser filmado por Antonio Llorens en un corto „póstumo„ Los últimos días de Pompeyo y la presentación del último de sus seis libros Me llamo Jonás, en la librería Ramón Llull. «Me consta y sé que hay caza de brujas. En el 1984 estábamos haciendo Luces de Bohemia y el texto estaba manipulado; al denunciarlo se me cerraron las puertas del teatro y la televisión. Tuve que exiliarme. Mis compañeros dijeron que me había vuelto loco, todos menos Alberto Delgado el hijo de Fernando Delgado. Hasta dijeron que había muerto».
Casi sin fuerzas
Actor selectivo con más de setenta títulos en su carrera fílmica recuerda enfáticamente dos títulos, Habla mudita y La Colmena. También confesó que era preciso enamorase de compañeras de reparto como Amparo Muñoz, Pilar Bayona o Bárbara Rey. «El amor es lo que mueve el mundo». Su estancia en nuestra ciudad le llevó a la Albufera para tomas del personaje en el corto de Llorens, escenas en las que el dolor fingido no se escindía del real. También sacó energía vital de donde ya casi ni le quedaba en la toma en el restaurante Chez Lyon.
Su emotiva presencia en la rueda de prensa de Concha Velasco en el Teatro Olympia y la proyección de una de sus películas en el local 33 r.p.m. le alimentaron el nervio escénico siempre rodeado por un ferviente grupo de admiradores. «En el cine se ha apostado por la vulgaridad». Desencantado Algora, no censuraba su hastío y en su canto de cisne respiró Valencia haciendo que la quimioterapia quedase en segundo plano mientras alimentaba valores culturales en derredor con palabras libres y fuerte convicción. Los escritos de Algora se ornan con perlas que sobrecogen conciencias. «¡Mantén la dignidad, no hagas basura, no trabajes por amor al dinero, dignifica el oficio, aburguesarse es morir!» Palabras de Jonás que nacen del intelecto moral de Algora como respuesta a Don Roberto, otro de los personajes de dicha obra teatral recién editada. «La cosa es muy simple, o dinero, o dignidad y ambas cada vez se llevan peor. Hay quien se sirve del arte y quien sirve al arte».
Trabajó con directores como Fernando Fernán Gómez, Garci, Gutiérrez Aragón, Berlanga, Comencini, Camus, Bardem, W. Wogeler y otros; todos ilustres del histórico cinematográfico. Madrileño, 67 años, sabio y valiente Algora, con fuerzas mermadas e ilusión mayestática, abanderaba el fervor por el honor cultural. «Se están cargando el teatro. Han acabado con el empresariado teatral local. Las compañías nacionales están manipuladas. Están manipulándolo todo, la forma y el fondo».
Forma de entender la vida
Antes de volver a Vejer y morir encargó al artista Jesús Padilla su caricatura ante la que vislumbró asombrado los rasgos de la metamorfosis física sufrida „así lo confesaría„. «La edad no es una cuestión de años si no una forma de entender la vida».
