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Ópera

Nadie destrona a Verdi en Les Arts

«Aida» y «Macbeth» fueron los únicos títulos que superaron el 90 % de asistencia durante la temporada pasada en el coliseo valenciano

Nadie destrona a Verdi en Les Arts

Davide Livermore sabe „y recita casi de memoria„ que la tarea es compleja: enganchar al público a la ópera menos mainstream es una misión que no obtiene frutos masivos en uno, ni dos, ni puede que cinco años (quién sabe si los conseguirá). El intendente de Les Arts llegó hace más de un año al coliseo y, en su primera programación, trató de aplicar la filosofía que reitera como un mantra en cada una de sus intervenciones: «La función de una ópera pública no es solo programar grandes títulos como La Traviata, hay también una labor pedagógica», insiste en cada rueda de prensa el regista, aliñando sus discursos con un verbo: arriesgar.

En el balance de su primera programación, según los datos de ocupación y recaudación a los que ha tenido acceso este periódico, el intendente ya ha comprobado que por el momento los grandes nombres siguen „y parece que seguirán„ tirando del carro de Les Arts. En una temporada a medio camino entre su propia impronta y la herencia de Helga Schmidt, ningún título es capaz de acercarse a la Aida de Verdi, que mantuvo una ocupación por encima del 97 % de media durante sus cinco representaciones. En el caso de esta Aida, sin embargo, Livermore puede apuntarse el tanto de apostar por elevar el nivel de «provocación» con la escenografía completa de David McVicar, con los cadáveres colgando en el escenario del coliseo. La mezcla no ahuyentó al público y el montaje recaudó 595.000 euros, solo por debajo del título que abrió el curso en el coliseo, Macbeth.

Esta es la única ópera que se acerca en cifras a Aida, y también es de Verdi. El Macbeth sombrío con el que Les Arts inició la temporada arrastró al público en masa, atraído sobre todo por la presencia anual de Plácido Domingo sobre el escenario. La quíntuple representación de la obra tuvo una media menor que Aida, con un 92 % de asistencia, pero logró el pico de ocupación del año, rozando el lleno absoluto en el estreno, con un 99,3 % de asistencia.

Le siguió en asistencia la puesta en escena de La Fura dels Baus para Samson et Dalila, que agitó los ánimos del parte del público allá por el mes de enero. El montaje con Gregory Kunde al frente del elenco logró cifras cercanas al 90 % de media.

A partir de ahí desfilaron por el repertorio del coliseo los títulos más «cultistas» del año, si bien Idomeneo podría situarse en la frontera por ser un Mozart, aunque no figure entre sus obras más reproducidas sobre el escenario.

En el desglose de cifras se advierte que el cambio de horario en las representaciones de los domingos „se adelantaron a las seis„ ha funcionado, siendo el día que habitualmente lograba el pico de aforo en las representaciones. También se observa que a medida que se exploraba un territorio más ignoto, hacia el final de la temporada, el público se fue retirando del coliseo, como en el caso de El sueño de una noche de verano de Britten. Deslizaban entonces en el coso que, sin embargo, el 60 % de media de asistencia en un título contemporáneo dejó satisfecho al intendente, que mantiene su apuesta de combinar grandes clásicos con títulos de mayor riesgo en la siguiente temporada. No es difícil pronosticar que La Traviata de Plácido Domingo (y Sofia Coppola y Valentino) será el gran hito del nuevo curso.

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