La tercera semana es una especie de ideal a la hora de estar en cartel en un teatro de València. Y siguiendo este ideal, la Asociación Valenciana de Empresas de Teatro y Circo (Avetid) bautizó en 2016 como Tercera Setmana a un nuevo festival internacional que, con el apoyo de instituciones como la Universitat de València y la aportación económica de las administraciones públicas, pretendía convertir el «cap i casal» (y, desde el pasado año, también Castelló y Alicante) en un pequeño Aviñón, Nápoles, Wroclaw o Edimburgo.

Se podría decir que, con dos ediciones de momento, el certamen ha ido avanzando de forma correcta hacia esa idílica «tercera semana» en cartel. Es su primer año el festival reunió a 7.000 espectadores y en 2017 llegó a los 21.000, y de 50 representaciones pasó a 60.

Pero quién ya no llegará a su «tercera semana» -o, en este caso, su tercer año-, como director artístico será Salva Bolta, ideólogo del certamen desde su nacimiento y que ahora ha renunciado a seguir al frente del Tercera Setmana por diferencias con Avetid sobre cómo se ha de gestionar el festival. «He estado dos años haciendo el festival en unas condiciones que creo que se pueden cambiar, y después de estar dos años intentándolo y ver que no es posible, he decidido dejar paso al siguiente», señaló ayer el dramaturgo a preguntas de este periódico.

Avetid, por su parte, aseguró ayer a través de su presidenta María Ángeles Fayos que la dimisión de Bolta no significa la desaparición del Tercera Setmana, y avanzó que el trabajo que hasta ahora realizaba el director artístico será asumido por un «equipo de profesionales del teatro». «Con Bolta tenemos una buena relación, pero ha dimitido porque los tiempos no son los que él quería -explicó Fayos-. Pero eso no significa que no venga a ayudarnos. Él sigue siendo parte del proyecto».

En conversación telefónica con Levante-EMV, Bolta, que se encuentra en Madrid preparando el estreno de una ópera en el Teatro de la Zarzuela, aseguró que anunció a Avetid su renuncia «hace dos meses para darles el suficiente tiempo para poder reaccionar. Han tardado dos meses en reaccionar pero ya tienen una alternativa que van a contar mañana (por hoy). El festival sigue andando, supongo que bajo otra dirección y en otra dirección».

Bolta aseguró ayer que la «inactividad» a la asociación de empresarios teatrales, y el no conocer de qué presupuesto iba a disponer, le ha impedido avanzar en la organización de la edición de 2018. «No he podido hacer nada hasta este momento. No he contactado con ninguna compañía», afirmó.

En este sentido, la presidenta de Avetid reconoció que el nuevo equipo de dirección del Tercera Setmana «tiene que ponerse a trabajar» para confeccionar el cartel de 2018, aunque aseguró que la intención de los organizadores es «potenciar el carácter internacional» del certamen de cara a su tercera edición. Lo que no quiso asegurar ayer Fayos -que también remitió a este periódico para ampliar la información a un comunicado que ha de hacerse público hoy-, es si el certamen se seguirá celebrando entre la segunda y la tercera semana de junio, tal como se ha hecho en las dos ediciones anteriores. «Las fechas también dependerán de lo que decida el equipo de dirección», explicó.

Aunque el origen del Tercera Setmana es privado, su músculo lo ha hecho a base de fondos públicos, recuperando de alguna manera para la ciudad la experiencia del VEO, el anterior «gran certamen» de las artes escénicas que cerró en 2011. En la edición de 2016 del certamen que dirigía Bolta, de un presupuesto de 272.000 euros, 70.000 quedaban a expensas de la taquilla y de alguna aportación privada. El resto (200.000 euros de ingresos fijos) venían de la Agència Valenciana de Turisme (60.000), CulturArts (50.000) y ayuntamiento (25.000). En 2017 la aportación pública fue algo menor: 180.000 euros de un presupuesto de 300.000 euros. «Para este año queremos mantener la misma financiación y espero que sea incluso mayor», indicó Fayos, para añadir a continuación que el objetivo de Avetid es que el apoyo privado al Tercera Setmana se incremente «para potenciar el carácter internacional del festival».

El importante chute de dinero público que en sus dos primeras ediciones ha recibido Avetid para montar el festival escénico se ha traducido en una llamativa presencia de cargos políticos en sendas presentaciones de la programación. En la de 2017, Salva Bolta se quejó frente a representantes institucionales como Abel Guarinos (director del IVC), Rosa Pérez (directora de Teatres) o el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona de la politización del certamen.

Aún así, ayer el hasta ahora director del Tercera Setmana aseguró a Levante-EMV que se renuncia no tienen nada que ver «con la politización o no del festival». «Tiene que ver con el método de trabajo -insistió-. Yo considero que el trabajo tiene que ser anual y no puede suceder otra vez, como estaba sucediendo, que haya unos meses de inactividad absoluta. Eso dificulta poder hacer un trabajo que necesita un año de tiempo. Frente a esa imposibilidad de haber estado trabajando durante cinco meses por la inactividad, y no querer volver a hacer un festival en el último momento y corriendo, lo he dejado».

Sobre posibles problemas presupuestarios por descenso de financiación pública, Bolta se limitó a asegurar que su relación «es con la organización, no con las administraciones públicas ni entidades que financian el festival. Esa relación económica la mantienen los organizadores. Yo he trabajado para el Avetid. Son ellos los que me propusieron como director y a quienes he dicho que lo dejo ya».