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El eterno verano de Dani de la Orden

El joven cineasta acaba de estrenar «El mejor verano de mi vida» (2018) su cuarto largometraje, junto a Leo Harlem, Arturo Valls, Silvia Abril o Toni Acosta

El eterno verano de Dani de la Orden

Es conocido por ser el velocista del cine español. Con tal solo 29 años, Dani de la Orden está a punto de estrenar su cuarto largometraje y con un elenco de lo más mediático. Arturo Valls, Silvia Abril, Toni Acosta, Leo Harlem o Maggie Civantos componen el reparto de El mejor verano de mi vida (2018), la que será la comedia del verano tras su llegada a las salas el próximo jueves. La película se ha presentado en Paterna en el marco de los preestrenos que organiza el Festival de Cine Antonio Ferrandis.

La madurez de este cineasta sorprende por su juventud, aunque De la Orden prefiere no darle importancia. «Al principio me abrumé con la primera película, Barcelona, noche de verano (2013), pero prefiero olvidarme de la edad. La cuestión no es hacer una película siendo muy joven. La cuestión es emocionar a través de la pantalla teniendo 90 o 20 años», asegura el cineasta, quien además reconoce que una de sus virtudes es «querer aprender de otros». «Al empezar a trabajar en la dirección, sin haber pasado por otros puestos en el sector, me obligué a trabajar desde la intuición, por eso valoro cada oportunidad que tengo de trabajar con otro director», explica, ya que De la Orden acaba de rodar «Élite», la próxima serie española de Netflix, junto a Ramón Salazar (Tres metros sobre el cielo). «Me hacía falta compartir un proyecto con alguien. Me siento afortunado».

El mejor verano de mi vida es una road movie en la que Curro (Leo Harlem) se ve obligado -a causa de una promesa- a llevar a su hijo Nico de viaje en un momento muy desafortunado de su vida: A punto de separarse y abrumado por las deudas. Según el cineasta Leo Harlem es un divertido «cuñao» con los pies en la tierra que necesita, en un momento dado, detener el reloj para valorar lo que realmente importa. A pesar del protagonismo de Harlem en el filme, lo cierto es que no soporta -ni mucho menos- todo el peso cómico de la película. «He querido defender a capa y espada los personajes secundarios, encarnados por grandes nombres de la comedia española. Soy bueno sacando la comedia de cada uno de los actores. El rodaje ha sido una búsqueda constante del chiste para crear un personaje. El guion es solo un punto de partida. De hecho, mis gags favoritos de la película son una escena improvisada con Berto Romero y un ensayo con Gracia Olayo que acabó formando parte de la película. Me gusta verme como un Mentol dentro de una botella de Coca-cola. Quiero picarles para que siempre salga el chiste», confiesa.

La vulnerabilidad frente al tótem

El filme intenta de retratar el encuentro emocional entre un padre y un hijo. «No me apetecía hacer una película que fuera un compendio de chistes. Quería plasmar cómo los hijos son vulnerables y permeables de cara a los progenitores, dos tótems, que no se enteran de nada. Se llama El mejor verano de mi vida no porque Nico fuera a la playa por primera vez, sino porque el niño busca hermanarse con sus padres», explica.

Pese a ser una «comedia blanca», como el mismo cineasta describe, De la Orden asegura que no quería llevar a la gran pantalla una producción previsible, aunque sin pretender ser «Juego de tronos». «Lo importante es el viaje. No estoy aquí para sorprender al espectador con la historia, sino para hacer que viaje con sus propias emociones», asegura.

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