Hay vida más allá de Madrid. Así de rotundos se mostraron ayer Álex Pina y Esther Martínez, responsables de éxitos como «Vis a vis» y «La casa de papel», quienes ayer presentaron en València su última serie: «El embarcadero», rodada en València y con l'Albufera como telón de fondo y cuarta protagonista.

«Lo local está de moda y tiene una gran expansión universal. España es tendencia en ficción mundial», explicó ayer Pina, quien recordó que ya trabajaron anteriormente en la Comunitat Valenciana, donde también visitaron València, Peñíscola y Elx para rodar «El barco». «Había un tiempo en el que todo tenía que estar en Madrid y hemos empezado a viajar y esto es muy enriquecedor, por la visión que damos de España».

Martínez respalda esta idea e incide en que con la «ampliación» de la oferta de la ficción, «es necesario explotar la idiosincrasia e identidad de distintos lugares. Cada provincia puedes encuadrar una historia y aportar matices distintos. Como los contenidos son cada vez mas globales se piden identidades más poderosas», dice la autora.

Además, para ambos parecía estar claro que el rodaje iba a tener lugar en el parque natural valenciano. «Yo ya conocía l'Albufera cuando empezamos a buscar un espacio donde rodar la serie», recuerda Pina, quien explica que vinieron con el director de fotografía para que conociera el paraje: «Se quedó completamente enamorado», explicó Pina. «Es que las posibilidades de l'Albufera, en términos paisajísticos son brutales», señaló.

Para los creadores de «El embarcadero», el parque natural valenciano y la ciudad a pocos kilómetros simboliza el «binomio que todos llevamos dentro. Hemos hecho planos de reflejos en el agua y campos de arroz que contrastan con una ciudad cosmopolita que es València, casi posmoderna a veces2, explicaron. La urbe, continuaron, se contrapone a «una casi aldea anacrónica, que más bien podría pertenecer a nuestra infancia y en la que se trabaja sobre algo artesanal, que es el arroz». «Era el sitio perfecto para contar esta historia de dos mujeres que son las antípodas, que están cerca un señor que hace funambulismo entre dos mundos distintos. El paisaje tiene mucho que ver con algo hipnótico, suave relajado. No encontramos ningún lugar mejor en España, si es que lo hay».

Como a la mayoría de creadores, a Pina y Martínez no les gusta encorsetar sus creaciones bajo un género cerrado. «Se habla de drama romántico, de thriller emocional,... Es difícil etiquetar porque la serie no es pura. Es un híbrido en el que hay personajes desenfadados. Hemos trabajamos la comedia negra sí, pero es un drama emocional o romántico aunque la palabra drama pesa mucho», señalaron.

Sin embargo, al mismo tiempo apuntaron que se trata de un thriller emocional «porque las preguntas que plantea son de índole emocional: qué viaje es este, qué está pasando, por qué mi marido hizo lo que hizo y qué puedo hacer yo», lanzaron los creadores de la serie.