El espectador que acuda entre el 21 y el 28 de junio a alguna de las sesiones de Cinema Jove en La Filmoteca detectará un tema recurrente en los largometrajes que concurren a sus Sección Oficial: el duelo adolescente ante la pérdida reciente de un progenitor. Es el tema que abordan cuatro de las diez producciones que aspiran a coronarse en esta 34 edición del certamen cinematográfico valenciano.

Esta incidencia en el tema de la muerte en la familia es, según el director de Cinema Jove, Carlos Madrid, «fruto de modas y tendencias, es inevitable y cíclico». Además, apuntó ayer durante la presentación del festival, a la «casualidad», aunque no descartó que es un tema también «buscado». «Queremos que los creadores hablen de sí mismos, es inevitable que en las cintas haya tintes autobiográficos». «Estas películas son resultado de muchas horas de visionado, que al final nos dan una línea común», dijo Madrid.

El director del certamen estuvo acompañado por el seleccionador de cortometrajes Álvaro Yebra; el de largometrajes Gerardo León y la responsable de webseries, María Albiñana.

Además del duelo familiar, Cinema Jove aborda en su programación otras «temáticas juveniles» -explicó León- como la sexualidad fluida, la vida en los márgenes, el culto al cuerpo, el abuso y el éxodo del campo a la ciudad.

Madrid puso también el acento en que seis de las diez piezas a competición son óperas primas porque «queremos buscar lo último que se está haciendo», dijo. Sin embargo, en su opinión, «la condición de noveles no les resta, calidad». De hecho, las películas que compiten este año por la Luna de València están avaladas por reconocimientos en los festivales South By Southwest de Austin, la Berlinale, Toronto, Tokio y Busán. En esta línea, apuntaron también al carácter internacional de las producciones a concurso. Los títulos de Georgia, Noruega, Países Bajos, Israel, China y Corea del Sur suponen el debut de sus directores en el largometraje.

Para León, aunque la procedencia de las cintas no supone una condición para optar a premio, «cuando una cinematografía está fuerte, te llega o la buscas». En este sentido, destacó la «potencia» del cine asiático. «Creo que están haciendo el mejor cine del mundo y tenían que estar en Cinema Jove.

La limitación de los 40 años para presentarse al festival determinan, según León, tanto la temática como los aspectos formales. «Hemos conseguido diez miradas radicalmente diferentes; no solo en el planteamiento, sino también en cómo se usa la cámara», explicó Gerardo León.

El Festival Internacional de Cine de València pone habitualmente el foco en sus largos a concurso en las etapas de cambio que viven niños y adolescentes. En coherencia con el nombre del certamen y con su trayectoria, la decena de películas seleccionadas en su 34 edición exploran en una amplia diversidad las situaciones de zozobra que afronta la juventud tanto en lo vital como en lo social, y la resolución o no de esos trances.

También fue momento ayer para presentar el medio centenar de cortometrajes de la Sección Oficial, 49 a concurso y uno fuera de él, 16 de diciembre, de Álvaro Gago, ganador de la edición anterior. De las producciones aspirantes a premio, que se proyectarán en el Teatre Rialto, «ha habido un aumento del género documental con 15 títulos y también la presencia de películas de animación, con un total de ocho cortos». Según la procedencia, la sección cuenta con 14 trabajos españoles de los cuales seis son valencianos, y con otras películas llegadas de países como EE UU, Canadá, China, Argentina, Francia, Polonia, Grecia o Portugal.

Entre algunos de los nombres reconocido en esta categoría destacan el de Eduardo Casanova, que llega con Lo siento, mi amor o el valenciano Víctor Sánchez, ganador de un Premio Max, que concurre con la adaptación audivisual de un fragmento de su obra teatral Cuzco.

En cuanto a las webseries, que se proyectarán en el Centre Octubre Cultura Contemporània, Albiñana, destacó «el papel precursor de este género en el cambio social de consumo». No obstante, fue realista y aunque alabó «el nivel creativo en el género, se apuesta poco por él», lamentó.