El sentimiento republicano tiene principalmente un icono en el que se ve representado, un icono que es reconocido allá donde vayamos, bien en las plazas de Madrid, Barcelona o València. Un icono que ha venido siendo reproducido y difundido desde 1978 en un sinfín de soportes; desde carteles y camisetas hasta llaveros y tazas de café, convirtiéndose así en el icono republicano español por antonomasia.
Sin embargo de esta popular imagen que conserva la Fundación Pablo Iglesias de Madrid, se desconocía el autor que la realizó, suscitando en ocasiones todo tipo de versiones y leyendas. Pero en efecto esta alegoría republicana tiene autor y su nombre es Lluís Dubón Portalés (València 1892-1953).
Sin duda uno de los mayores logros para un investigador es poder aportar o adjuntar la autoría a un icono tan importante como este, el más buscado en las redes, el más difundido y reproducido así como reinterpretado por otros autores como es el caso de Espadas ya en la temprana fecha de 1937, o más tarde diseñadores como Fernando Vicente o Paco Bascuñán.
Y este logro ha sido gracias a la tan acertada decisión del Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat (MuVIM), de apostar por exponer la primera antológica del pintor y diseñador gráfico Lluís Dubón así como a la generosidad de la familia del artista como a los prestadores e instituciones que se han volcado con este proyecto que pone en valor y recupera una figura que fue tan decisiva y relevante para la cultura y artes visuales de la València de la década de los años 20 y 30.
Y es en esta exposición, donde por primera vez en el País Valencià se puede disfrutar de este icono republicano que tan generosamente ha prestado la Fundación Pablo Iglesias de Madrid. Una alegoría de la II República que Dubón realizó en 1931 durante su estancia en la capital, quizás un posible encargo del Gobierno para que fuese la imagen oficial del nuevo régimen en los edificios y espacios institucionales, pues lo que hizo Dubón no es un cartel ni un anuncio publicitario y lo que también sabemos es que ya en la Guerra Civil su diseño era bien conocido en las calles de Madrid.
Independientemente de su belleza estética así como la propia modelo que empleó para muchos otros diseños como los programas de la Gran Feria de Julio de València, quizás el motivo de su éxito fue conjugar por primera vez la corona mural con el gorro frigio.
Pero lo más importante es que este icono ya tiene su tan esperada autoría y hasta el próximo 1 de septiembre podremos disfrutar de su exhibición en València visitando el MuVIM.
