El cerco judicial se estrecha sobre Consuelo Císcar. La magistrada instructora del caso IVAM, Nuria Soler, inició ayer el camino para llevar a su exdirectora general al banquillo por las irregularidades detectadas en su gestión.

El juzgado de Instrucción 21 de València procesó ayer a Císcar por gastar hasta 4 millones de euros en la adquisición de obras falsas atribuidas al artista madrileño Gerardo Rueda. La presunta adquisición fraudulenta se produjo entre los años 2004 y 2006, fechas en las que el IVAM compró reproducciones de Rueda como si fueran auténticas pese a que había fallecido diez años atrás, en 1996. Junto a Císcar han sido procesados el exdirector financiero del IVAM, Juan Carlos Lledó, quien fue pareja de la hija de la exidrectora; y José Luis Rueda, hijo adoptivo del artista.

El auto, notificado ayer, emplaza a la Fiscalía Anticorrupción y demás acusaciones a pedir la apertura de juicio oral, o el sobreseimiento de la causa, en el plazo de diez días. Se da por hecho que el ministerio público presentará acusación contra Císcar, aunque el auto de la jueza no es firme y las defensas recurrirán la decisión.

La instructora detalla con absoluta precisión, a lo largo de 109 páginas, el supuesto fraude perpetrado por la cúpula directiva del IVAM mediante la compra, con cargo a los fondos públicos, de estas 58 reproducciones de obras de Rueda.

La operación fue la siguiente, según la jueza. Las creaciones fueron adquiridas, junto a otras 40 del mismo escultor, a precio de obras de arte «contraviniendo con ello lo suscrito en los contratos y enriqueciendo con ello ilícitamente al señor José Luis Rueda en la cuantía de 2.944.325 euros».

Un importe al que hay que sumarlos 512.524 euros que pagó el IVAM a una fundación privada para fundir 44 de las obras. Además, algunas de esas piezas fueron promocionadas «de forma indebida» con exposiciones organizadas y sufragadas por el propio IVAM, y que contaron con la intervención directa del hijo de Gerardo Rueda, para «encubrir y extender el engaño». El desembolso supuso un sobrecoste de 720.000 euros, precisa en el auto, por el que gasto real de la operación superó los 4 millones.

Son dos los expedientes de adquisición bajo sospecha. El primero, de 2004, se inició con una carta enviada por la Fundación Rueda a Císcar en la que se ofrecía al IVAM la obra 'El Gran Relieve', que había sido expuesta en el mismo museo en mayo de 1996, por 360.000 euros, como condición previa para la donación de otras trece creaciones del artista.

Todas esas obras no habían sido realizadas en vida por el escultor, sino que fueron reproducidas tras su muerte en la fundición Eduardo Capa, lo que no concuerda «con lo pactado y estipulado en los diferentes documentos».

El segundo expediente de adquisición analizado es del año 2006 y comprende la compra de otras siete obras de Rueda por un importe total cercano a los 2,6 millones de euros, sin que conste una propuesta de venta previa efectuada por el hijo del artista. El contrato, que incluía la donación de 77 piezas más, obligaba al IVAM a asumir los gastos de fundición de 44 de ellas.

El auto recoge multitud de indicios, entre documentos y correos, que a juicio de la magistrada confirmarían que el hijo de Rueda, con la connivencia de la excúpula directiva del IVAM, utilizó la pinacoteca para dar valor a su colección particular. Y «aumentar la valoración económica de las esculturas monumentales adquiridas».

La jueza continuará investigando el resto de hechos denunciados a la espera de que la Policía entregue sus últimos informes.