Felipe VI viajó ayer a los Países Bajos para inaugurar, junto al rey Guillermo, la exposición Rembrandt-Velázquez en el Rijksmuseum de Ámsterdam. Previamente, ambos jefes de Estado almorzaron juntos en el palacio Huis Ten Bosch de La Haya. Según la Casa del Rey, Felipe VI viajó acompañado por el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao.

El acto de inauguración incluyó la actuación de un coro hispano-holandés, la lectura de un poema a cargo del poeta holandés Tsead Bruinja y unas breves palabras de bienvenida del director del Museo Rijksmuseum, que entregó a ambos Reyes el Catálogo de la exposición.

Los dos jefes de Estado visitaron la exposición, que incluye obras como El abanderado y Los síndicos de los pañeros de Rembrandt y La fragua de Vulcano de Velázquez, que ha viajado desde el Museo del Prado. También el Museo de Bellas Artes de València ha prestado el Autorretrato del pintor sevillano para su exhibición en Holanda.

Durante el recorrido ambos monarcas contaron con explicaciones a cargo de los comisarios Gregor Weber y Cèlia Queriol.

La exposición Rembrandt-Velázquez es una selección de pinturas de maestros holandeses y españoles del siglo XVII, fruto de una asociación especial entre el Rijksmuseum y el Museo Nacional del Prado en Madrid, que marca el Año de Rembrandt 2019 y el bicentenario del Prado.

La muestra de Ámsterdam, con 60 cuadros expuestos por parejas, sucede a la que tuvo lugar este verano en El Prado, Velázquez, Rembrandt, Vermeer. Miradas afines, que contó con préstamos del Rijksmuseum, entre ellos Los síndicos.

Las exposiciones parten de la tesis de que, durante una época de guerra y tensión política, las tradiciones pictóricas holandesas y españolas se acercaron más de lo que generalmente se cree.

Aun sin contacto directo entre los pintores del norte y el sur de Europa, las exposiciones muestran las similitudes, por ejemplo, en su impulso hacia el realismo o la ilustración de temas religiosos.

Rembrandt y Velázquez, los artistas más destacados de sus respectivos países, trabajaron en un clima que incluía a muchos otros pintores que gozaban de gran reputación, como fueron Zurbarán y Murillo en España, y Vermeer y Frans Hals en los Países Bajos.