«Y el soberano sigue siendo el público». Ese es el desafío que se ha impuesto el Teatro Flumen en su 60 aniversario. Lo explica a Levante-EMV José Saiz, director artístico de la sala que mañana cumple años. «El Flumen sigue siendo un referente en la ciudad. Se lo ha ganado a pulso», asegura el gestor, que tomó las riendas del teatro hace 10 años. «Entro aquí y no se parece para nada al cine que fue. Ha cambiado mucho. El suelo de la sala tenía la curvatura propia de un cine, la tarima era altísima, era todo de madera...» recuerda Saiz. El recinto, fundado en 1959 como sala de cine, se convirtió en sala de arte y ensayo para luego ser una popular terraza de verano. Su más reciente andadura como espacio escénico se inició en el 2010 y en estos años se ha erigido en un referente de montajes teatrales en la ciudad.
«Cuando tomé la dirección artística del teatro lo hice con mucha ilusión. Para un actor como yo, dirigir una sala era todo un sueño. Aunque con el tiempo puede acabar convirtiéndose en una pesadilla», relata el director, pues la sala reabrió sus puertas poco antes de que comenzara la crisis económica. «Fue durísimo, durísimo. El IVA estaba por las nubes... Era todo muy difícil», aunque reconoce que ahora también. «Si no hay una apuesta decidida por parte de la administración, la gestión teatral se convierte en tarea imposible». Pese a todo, destaca que la actividad del Flumen «es brutal». «Este espacio tiene 10 actos culturales a la semana. Nos visita mucha gente, y no solo de la ciudad de València», asegura, ya que su apuesta es por la larga exhibición. «Prefiero que una obra se quede tres semanas que una», añade Saiz desde una de las butacas de la cafetería del Flumen. En la barra se encuentran partituras y diseños originales de Bodas de sangre, la obra de Federico García Lorca. Es la decoración de un nuevo Flumen. Una sala que se «ha lavado la cara» para atraer a los nuevos públicos. De hecho, se ha renovado la cafetería, el hall, se han cambiado las butacas del teatro, la caja escénica y se ha pintado la fachada. En ella luce ahora un grafiti de la ilustradora gallega Lula Goce.
Saiz compagina su rol de director artístico con el de actor y director de escena. De hecho, del 22 de noviembre al 11 de enero subirá al escenario del Flumen con «Maravilloso fue volver», una pieza musical en homenaje a Lina Morgan.
«Nuestra referencia es el teatro de repertorio. Hacemos todas las disciplinas». Por una parte, el Flumen mantiene su apuesta por el teatro familiar con obras como «El Mago de Oz», que llegará a partir del 23 de noviembre; «Hansel y Gretel», a partir del 7 de diciembre; «El pequeño reino de Ben y Holly», a partir del 21 de diciembre; o «La reina del hielo», un espectáculo inspirado en la película de Disney, Frozen que se representará del 26 de diciembre al 3 de enero.
Por otra parte, el teatro continuará con el ciclo de zarzuela. El 20 de noviembre llegará «La del manojo de rosas», de Pablo Sorozábal; mientras que en enero y marzo se representarán «La rosa del azafrán», de Jacinto Guerrero, y «La zarzuela de Madrid», una antología de zarzuelas como «La Verbena de la Paloma», «La Revoltosa» o «La Gran Vía».
Otra de las líneas de la sala son sus sesiones «golfas». «Son obras gamberras, dirigidas a un público desenfadado», explica Saiz. Algunas de ellas son «Orgasmos», que se representará el 23 de noviembre; o «Sex escape», el 29 de noviembre.
La comedia también será una de las bazas del Flumen para la presente temporada, con obras como «¿Cuál es el plan», de Rubén García; «Hoy no se fía», una comedia improvisada; «Impro 2», con Jesús Manzano y Miguel Moraga; o «El humor de Blay». Además, la sala iniciará a partir de enero un ciclo de compañías valencianas a partir de enero.
