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Literatura

Elisa Ferrer: "Me apetecía hacer un homenaje a la figura de la madre"

La escritora de L'Alcúdia de Crespins presenta esta tarde en València la novela «Temporada de avispas», ganadora del Premio Tusquets - El libro narra la historia de una joven que reencuentra a su padre ausente después de muchos años

Elisa Ferrer, en la presentación de "Temporada de avispas" L-EMV

Apunten su nombre, Elisa Ferrer. Ha ganado el último premio Tusquets con su primera novela Temporada de avispas, pero no es una escritora novel porque ya parece una autora de culto. El libro solo lleva una semana en la calle pero seguro que va a estar mucho tiempo en las listas de los más vendidos.

Ferrer (L'Alcúdia de Crespins, 1983) ha construido una historia redonda. «¡Ahí hay una!, grita mi madre, y señala una avispa que se retuerce en la piscina. ¡Nuria, vete dentro! ¡Vete dentro! Que como te pique, a ver adónde vamos aquí en medio de la nada». Eso se lee en la última página de la novela donde «me apetecía hacer un homenaje a la figura de la madre», dice.

Cuando le preguntas si le han picado muchas avispas, contesta rápido: «demasiadas». Aunque el título, que le costó mucho decidir y puso cuando el libro estaba terminado, es una punción a la lectura, escenas próximas, frases contundentes y un final inesperado.

Temporada de avispas narra la historia de una joven que reencuentra a su padre ausente, y a partir de ahí recuerda una infancia desamparada en permanente conflicto con su madre y su hermano.

«Me interesaba mucho -asegura- separar la figura de la madre y del padre», porque defiende que «todos damos por hecho que las madres siempre hacen lo que toca» y encima «les exigimos mucho y no les perdonamos nada». En contraposición con la diferenciada figura del padre. «¿Cuántos padres han abandonado a sus hijos?, y encima se ha puesto el foco sobre la mujer que se ha quedado a solas», sostiene, al tiempo que lo califica de «injusto».

Pero ojo, Ferrer escribe una buena historia de ficción «y las cosas reales son robadas». Aunque la realidad siempre supera a la ficción, por eso admite que «mucha gente conecta con la historia porque lo ha vivido».

Dedica tres páginas al capítulo de agradecimientos, quizás porque todavía le cuesta creerse que su primera novela enviada a un concurso literario de prestigio fuera la ganadora. Tusquets es un premio transparente, y seguro que su ejemplo cunde entre los centenares de escritores que aspiran a ver algunos de sus relatos publicados.

Temporada de avispas vio a luz en Madrid donde Ferrer vivió once años, aunque creció y se acabó en Iowa, en la profundidad de los Estados Unidos, donde la escritora valenciana recaló en unos de los mejores másteres de escritura creativa del mundo. «Es una ciudad que vive de la literatura», explica, y a la que tenía puesta el ojo desde que leyó a Wallace Stegner.

La decisión

Aunque lleva escribiendo desde hace mucho tiempo -«tengo un cuento publicado en una antología y unos poemas en otra»-, la novela cogió forma en esos talleres estadounidenses. «Había escrito tres cuentos con la misma protagonista, Nuria, y me enamoré del personaje, y una voz me decía que había una novela».

Fue en el calor de aquellas aulas rodeadas de inmensos mares de maíz, donde imparten sabiduría escritores como el salvadoreño Horacio Castellanos Moya o la madrileña Ana Merino, cuando se animó a dar vida a la novela.

«Ana Merino insistía mucho que participáramos en concursos», cuenta y aunque ni ella ni sus compañeros confiaran mucho en la autenticidad de los premios literarios, volvió a España con el libro terminado y «empece para tener esa sensación de mover la novela y a venderme». «Soy muy mala vendiéndome y vi que el primer concurso era el de Tusquets y que era per mail, que no es una tontería porque así no tenía que gastarme dinero».

«Cuando me llamó Juan Cerezo -responsable de Tusquets-, casi me caigo de la silla, no me lo podía creer». Y ahora está de promoción. Esta tarde (19.30 h) presenta la novela en la Llibreria Ramon Llull de València donde Laura Sanchis y Fran Ruvira conversaran con la autora.

Como buena escritora es muy lectora. «Leo cosas diferentes, ahora estoy con la novela de Elisa Victoria Voz de vieja», aunque reconoce que se ha criado leyendo a la mayoría de autores del boom latinoamericano -«que es lo que había en las estanterías de mi casa»-, también es muy fan de Almudena Grandes, que estaba en el jurado que la hizo ganadora, pero también le gusta descubrir libros como Las primas de Aurora Venturini. Sin olvidar a sus admiradas Mercè Rodoreda y Virginia Woolf.

Ganar uno de los premios más prestigiosos de la literatura española es un buen inicio para seguir publicando, pero como «es difícil vivir solo de escribir, voy a opositar a profesora de Lengua y Literatura», porque en Iowa descubrió que le gusta dar clases, además que la docencia deja tiempo para escribir.

Formada en comunicación audivisual, y con una serie escrita, le da más pereza construir un guión que una novela. Ahora está en València, «de momento estoy aquí y quiero estar aquí» y como a muchos de sus vecinos le gusta la música de Manel, de hecho la cita del libro es una de las estrofas de su mítica canción «Boomerang».

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