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Entrevista

Pepe Viyuela: "No plantaría al público porque suene un móvil"

Licenciado en Filosofía, es conocido por su dilatada carrera como actor cómico en la ficción televisiva.

Pepe Viyuela junto a sus compañeros de reparto en «Esperando a Godot», ayer en València. m. a. montesinos

Hace ya 35 años, un joven Pepe Viyuela se puso ante las cámaras de RTVE para interpretar un simpático y patoso payaso que no sabía sentarse en una silla. Ahora, ese eterno clown que hizo reír a tantas familias españolas interpretara, desde ayer hasta el domingo 23 de febrero en el Teatro Olympia de València, la obra Esperando a Godot, del dramaturgo irlandés Samuel Beckett, un clásico del absurdo que, según el propio Viyuela, «habla sobre el sentido de nuestra existencia, una temática atemporal y que siempre ha interesado al ser humano».

Esperando a Godot no es una obra fácil. Aun así, está teniendo muy buena acogida. ¿A qué cree que se debe?

La función en sí misma es una obra maestra. Es la obra más representada en el siglo XX. Eso ya da una idea de por qué la gente va a verla. Las condiciones de vida y la situación política respecto a los años 50 han cambiado, sin embargo la obra sigue conectado con algo muy profundo y atemporal, el sentido de la existencia. Eso a la gente siempre le ha interesado. No es una función fácil, como tú has dicho, pero nadie dijo que el público no sea capaz de encontrar disfrute en lo difícil.

El director

Es cierto que Antonio Simón le ha dado un giro distinto a la función pero también es verdad que no la ha desvirtuado, es decir, ha respetado el texto palabra por palabra. Una novedad respecto a la original es que nosotros hemos querido darle mucho valor a todo lo que tiene que ver con el humor que se esconde tras este clásico del absurdo, acercándonos a un humor payasesco. También contiene un humor muy negro, muy ácido y muy angustioso que, cuando lees la obra por primera vez, no lo percibes. De hecho, Beckett la calificó como una función «horriblemente cómica».

Ha dicho que hay partes de humor payasesco. Podríamos decir que,

Sí, de hecho Antonio me comentó que había pensado en mí precisamente por mi faceta de payaso, un personaje que yo nunca he abandonado a lo largo de mi carrera. Siento que yo he disfrutado especialmente de Estragón, el personaje que interpreto en la obra, porque he tenido que rebuscar en mi caja personal de herramientas de payaso elementos que me permitieran utilizarlas en esta función. Además, para esta obra, el payaso es alguien que hace comedia desde la tragedia, y eso es precisamente Esperando a Godot.

Tras haber interpretado esta función varias veces, ¿qué significado le saca?

Yo creo que esta función es lo suficientemente rica para que no tenga una única lección moral. Yo tengo varias y al tiempo que voy interpretándola voy descubriendo matices y novedades sobre lo que aprendo cada día en Esperando a Godot. Yo le encuentro un significado que me gusta mucho, y es que nos volvemos locos buscándole un sentido a nuestra existencia cuando quizá deberíamos acostumbrarnos a pensar que no existe ese sentido y que no es necesario que exista ninguno.

Hace unas semanas, la actriz Lola Herrera dejó plantado al público debido al sonido de un teléfono móvil. ¿Qué opina?

A mí me molesta mucho que suene un móvil en el teatro y creo que eso no solo le incordia a los actores, sino al público que ha pagado para ver la obra. Hay muchos modos de no molestar a los demás. Pero cada circunstancia tiene una explicación, y tras conocerla, la actitud del actor no debería ser tan radical como para plantar al público que ha pagado una entrada.

Respecto a lo que dice, en el caso de Herrera, la persona a quien le sonó el teléfono era una anciana que no sabía apagarlo.

Pues eso, lo que decía. Hay que entender las circusntancias e intentar no ser tan radical. Es cierto que sienta mal, pero es el mundo en el que vivimos, y lo único que nos queda es ir adaptándonos a esto. Eso sí, no dejaría al público plantado porque sonase un móvil en la sala. Interrumpuría la obra para pedir silencio y, más tarde, seguiría la función.

¿Cuál cree que es el estado del teatro en nuestro país?

El teatro en España es un enfermo muy saludable. Pero históricamente ha sido así. Creo que el teatro siempre se ha caracterizado por ser un espectáculo de minorías, pero unas minorías muy fieles que se renuevan generación tras generaciones. No es como el fútbol, que tiene sus millones y millones de seguidores en todo el mundo, pero sí tiene sus adeptos que permiten que el teatro siga teniendo una buena salud. La calidad del teatro en España es muy buena, aunque, por otra parte, es muy complicado sobrevivir haciendo teatro.

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