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Arte

Más Museo de Bellas Artes

La primera exposición postpandemia de la pinacoteca valenciana mostrará las adquisiciones de los últimos diez años

Más Museo de Bellas Artes

Mañana estaba prevista la Gala del Museo Metropolitano de Arte (Met) de Nueva York. Es la alfombra roja más esperada de Manhattan, el evento benéfico que se celebra el primer lunes de mayo abre la exposición anual del Instituto del Vestido del Met, que desborda glamour por metro cuadrado. Se ha suspendido, como era previsible por la crisis pandémica, y los millones de dólares para el presupuesto anual de Instituto del Vestido deberán esperar.

El tema de este año giraba en torno a los viajes en el tiempo y Orlando, el conocido libro de Virginia Woolf, que tradujo al español Jorge Luis Borges. La sexta novela de Woolf es la más larga carta de amor de la literatura, que dedicó a su novia la también escritora Vita Sackville-West.

El amor al arte se condensa en los museos, y València dispone de una de las mejores pinacotecas del Mediterráneo (Med) desde hace casi dos siglos, alejada del encanto de la moda pero sólida en la muestra de la azarosa historia de las corrientes artísticas.

«Más Museo de Bellas Artes de València. Ultimos Ingresos (2010-2020)» es el título de la exposición que tiene prevista el San Pío V inaugurar cuando esté consolidada la normalidad. Comisariada por el técnico de arte valenciano del museo, David Gimilio, presentará un balance de las adquisiciones en los últimos diez años.

En la última década han llegado a la pinacoteca un total 916 obras de arte en concepto de donación, adquisición o premio. Piezas que provienen de adquisiciones realizadas por el Ministerio, la Generalitat o la Real Academia de San Carlos, el origen del museo. La institución que más ha invertido en el Bellas Artes es la propia Generalitat, que ha intervenido en más de un sesenta por ciento del total de nuevas obras, según las cifras del propio museo.

Gimilio prepara una muestra con las piezas de mayor relevancia que han entrado en los últimos diez años. Desde los lienzos de José Camarón Bonanat (1731-1803), representando a Cristo y la Samaritana en el pozo y a Cristo con la mujer adúltera, que provenían de los testeros de la sillería del coro de la cartuja de Valldecrist en Altura; a la Virgen de la Esperanza de Joan de Joanes (1510-1579).

Representación mariana

«Virgen de la Esperanza» está relacionada con la Virgen coronada por la Trinidad que remata el retablo de Pelaires de la parroquia de San Nicolás de València. Se trata de una las mejores representaciones marianas realizadas por Joan de Joanes y la pieza está basada en un dibujo preparatorio localizado en el Museo del Prado.

La obra fue adquirida en subasta por el Bellas Artes en marzo de 2018 procedente de la familia valenciana de los barones Casa Soler, que la tenía desde finales del siglo XIX cuando la adquirió de la colección de los Barones de Ariza.

Joanes es uno de los principales pintores del Renacimiento español y una de las figuras más respetada en la València del siglo XVI. El Bellas Artes es propietario de su famoso San Sebastián asaetado, asimismo concebido para un altar de la cartuja de Valldecrist. El museo también ha adquirido dos pequeñas piezas del retablo de San Sebastián.

Entre los fondos de Joan de Joanes del San Pío V se encuentra el verdadero icono de la pintura valenciana, ese Ecce Homo de visión directa, coronado de espinas, atado y sosteniendo una caña a modo de cetro.

El Ribalta perdido

Otra de las piezas que se verá en la próxima exposición «Más Museo de Bellas Artes» son las obras del retablo de San Eloy de Francisco Ribalta (1565-1628). Las tablas de San Eloy fueron pintadas primero por Joanes pero tras un incendio en 1584, el gremio de plateros de València encargó a Ribalta que pintara nuevamente un retablo a su patrón para la iglesia de Santa Catalina.

Ribalta cumplió el acuerdo, pero aquel retablo se perdió durante la Guerra Civil. Un exconservador de pintura del Bellas Artes descubrió en una colección particular las dos tablas perdidas de San Eloy, las que representan al Arcángel San Gabriel y la Virgen Anunciada.

Ribalta, que nació en Solsona y se formó en Madrid, es uno de los pintores del barroco español más relevantes. En 1599 llegó a València, alentado por el patriarca Joan de Ribera, y donde permaneció el resto de su vida, consolidando su cátedra máxima de naturalismo pictórico.

El Museo de Bellas Artes es uno de los centros con más número de obras de Ribalta, pero las dos tablas incorporadas hace siete años, Arcángel San Gabriel y la Virgen Anunciada representan una parte del patrimonio artístico valenciano de la Contrarreforma.

La pinacoteca custodia uno de los grandes encargos del patriarca Ribera a Ribalta, el gran cuadro de La Cena (1606), un óleo sobre lienzo pegado sobre tabla que presenta a Cristo y los apóstoles alrededor de una mesa con el cáliz de la catedral de València. También Preparativos para la crucifixión (1615), uno de los arquetipos de iluminación tenebrista que el maestro realizó para la iglesia del monasterio de Sant Miquel dels reis de València.

A partir de 1610, coincidiendo con la expulsión de los moriscos (1609) y la muerte del patriarca Ribera (1611), su arte tomó un sesgo intimista y profundo.

Los condes de Cervellón

Familia de los duques de Fernan Núñez de Luis López Piquer (1802-1865) forma parte de los fondos del Bellas Artes desde que fue adquirida por la Generalitat en 2018 por 25.000 euros. La obra del hijo del también pintor Vicente López Portaña es una referencia del romanticismo cortesano.

Como su padre, se especializó en el retrato, aunque igualmente pintó composiciones de carácter histórico - Coronación de Quintana-y pintura religiosa, San Pedro liberado por el ángel.

Aunque Luis López pasó a la posteridad por su control artístico en el ámbito cortesano, que le llevó a retratar a las principales familias de la alta nobleza española, como es el caso de los duques de Fernan Núñez (herederos del linaje de los condes de Cervellón).

El museo justificó la adquisición del retrato nobiliario de los duques de Fernan Núñez, por la continuidad que representaba del linaje de los condes valencianos de Cervellón, referentes políticos y culturales en la València del siglo XVI y XVII que habitaron en el palacio de Anna que compró a finales del siglo XIX la familia Trénor y que el ayuntamiento de la Canal de Navarrés adquirió en 2007.

La Virgen de la Esperanza de Joan de Joanes, las piezas del retablo de San Eloy de Ribalta, y el retrato de los duques de Fernán Nuñez de López fueron adquiridas por la Generalitat.

Donaciones

Además del gobierno valenciano, el Ministerio de Cultura y la Real Academia de Bellas Artes, el museo que dirige Carlos Reyero desde el verano pasado también recibe constantes donaciones. La última más importante fue la del erudito Pere Maria Orts en 2004. Hace cuatro años llegaron a San Pío V cinco obras de Ignacio Pinazo Camarlench, coincidiendo con el Año Pinazo.

La Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes, que reúne a particulares, entidades y empresas, también se sumó a la celebración del Año Pinazo con la donación de Ignacio jugando con los brazos abiertos, Ignacito siendo cambiado y José e Ignacio, obras que fueron adquiridas en 2014 por la asociación para ser donadas al museo.

La familia Alfaro Hernández, a través de Ana Alfaro Hofmann, se sumó a las donaciones el mismo año con las esculturas de bronce de Labrador valenciano, de Octavio Vicent Cortina y Mujer con caracola de José Esteve Edo.

Nadie sabe como serán los museos postpandemia, pero igual que leer un buen clásico nunca decepciona, el Bellas Artes es un referente del Med(iterráneo).

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