El Palau de Les Arts Reina Sofía presentó ayer la programación de la nueva temporada 2020-2021, tan deseada por ser símbolo de «nueva normalidad» en el panorama cultural valenciano condicionada por el coronavirus, como por esto mismo extraña. Por ejemplo, las diferentes citas musicales que conforman la próxima temporada del coliseo -diez óperas, una zarzuela, tres representaciones de danza, seis de lied, conciertos sinfónicos, de flamenco, de jazz, fado o musichall-, tendrán el aforo restringido al 75 % de la capacidad de las salas y los espectadores tendrán que llevar la mascarilla puesta durante las actuaciones.

Pero no todo lo extraordinario de la próxima temporada en Les Arts tiene que ver con el virus y la distancia social. Se trata de la primera vez desde que el coso operístico valenciano abrió sus puertas en la que no estará presente (dirigiendo o interpretando) Plácido Domingo, cuyo nombre ya se había retirado del Centre de Perfeccionament cuando reconoció los casos de acoso sexual por los que fue denunciado.

Pese a eso, el presidente del Patronato de les Arts, Pablo Font de Mora, aseguró ayer durante la presentación de la temporada que el tenor madrileño no actuará este año en València por la cuestión de las denuncias sino por «una serie de circunstancias» como su «avanzada edad».

Domingo se va de Les Arts pero vuelve Richard Wagner, cuya legendaria figura iluminó los inicios del coso operístico valenciano cuando lo dirigía la ya fallecida Helga Schmidt (sobre quien, de momento, no hay ningún homenaje preparado). El 2 de marzo de 2021 se estrenará en la Sala Principal Tristan und Isolde, con la dirección de escena de Àlex Ollé (La Fura dels Baus) y la musical de Mikko Franck, uno de los nuevos directores «temporales» que se pondrán al frente de la Orquestra de la Comunitat Valenciana tras la marcha de su último titular, Roberto Abbado.

También llevarán la batuta en esta temporada Daniele Gatti, Gustavo Gimeno, Fabio Luisi, Juanjo Mena, Marc Mincowski o James Gaffigan. «Cualquiera de ellos podría ser el próximo director titular, como podrían serlo otros», reconoció el director artístico de Les Arts, Jesús Iglesias Noriega, quien aseguró que cubrir esta plaza «no es tarea fácil». «No todos los novios se acaban casando», señaló.

Volvamos al coronavirus, que no solo obligará a recortar público y a escuchar la música enmascarados, sino que también ha inspirado el eje temático de la temporada, con varios títulos que invitan a reflexionar sobre el paso del tiempo y la evolución humana para adaptarse a los nuevos desafíos, tal como subrayó la secretaria autonómica Raquel Tamarit. Les Arts, dijo, no solo ha de ser un espacio de «excelencia artística, sino también un elemento vertebrador y promotor de la actividad cultural y reflexiones para garantizar una sociedad más preparada ante los nuevos retos».

Por eso, la temporada la abre el 27 de septiembre una emotiva interpretación del Requiem de Mozart bajo la «sobrecogedora» dirección escénica de Romeo Castellucci, «el nombre más relevante del teatro actual», según lo definió Iglesias. La obra inacabada de Mozart es para el director de Les Arts «música de difuntos que se transforma en un canto a la vida», un ejemplo por tanto de resilencia como también lo es la visión coreográfica de María Pagés en Una oda al tiempo, la sinfonía Leningrado de Shostakóvich que dirigirá Pablo Heras-Casado el 17 de octubre, o Fin de partie de Kurtag, una ópera basada en la obra homónima de Beckett estrenada en 2018 en la Scala de Milán y que pasará por València con el mismo elenco antes de recalar en Nueva York y París. Fin de partie supone el regreso de la ópera contemporánea a la Sala Principal de Les Arts tras títulos como La Belle et la Bete o 1984 que pudieron verse en las primeras temporadas.

Font de Mora aseguró ayer que esta temporada operística -que también traerá a Verdi, Rossini, Martín i Soler, Manuel García, Mascagni y Leoncavallo-, permitirá a Les Arts estar al nivel de los grandes coliseos internacionales, y lo hace, según aseveró, pese a la falta de apoyo presupuestario del Ministerio de Cultura y sin el patrocinio de las grandes empresas privadas locales (un problema que no tienen ni el Teatro Real ni el Liceu). La mayor parte del presupuesto de la institución (29 millones, de los que se destinan 6 a la programación de la temporada) lo asume la Generalitat (18,3 millones), tal como recordó Raquel Tamarit.

Además de la ópera, la próxima temporada de Les Arts mantiene su como compromiso con la zarzuela (con la producción de El barberillo de Lavapiés, de Alfredo Sanzol), la danza (la clásica, la contemporánea y el baile español, según remarcó Iglesias) y las grandes voces, tal como demuestra el ciclo dedicado al Lied y la presencia de figuras como Lise Davidsen o Christian Gerharer.

Crece, por su parte, la presencia del flamenco con los conciertos de José Mercé, Duquende, La Macanita, Argentina o Niño de Elche. Además, «Les Arts és Altres Músiques» continúa con su labor por ofrecer la variedad de géneros más completa, desde el fado con Mariza; la esencia del cabaret berlinés de Ute Lemper o el «jazz», con el guitarrista Pat Metheny.