n A Xoel López (La Coruña, 1977) le da «mucha pena» no poder relajarse» este verano por «cuestiones familiares»
¿Ha tenido que cambiar el formato de sus conciertos?
Hemos tenido que pillar el punto a los directos creando un formato cuarteto para esta gira de verano. Es una pequeña apuesta porque es verdad que la situación no da para mucho músico, pero dentro de lo que cabe hemos hecho un grupo bastante amplio. Me acompañarán Xavi Bautista, Adrián Seijas y la corista Ede.
¿Ha percibido al público más entregado tras estar meses sin poder vivir música en directo?
Pues parece mentira que, con ciertas barreras que hay, la gente está muy entregada. El público que va ahora a los conciertos son los más melómanos y que más lo sienten. Y no vienen de bajón. Habría que aplaudir a todas esas personas que compran una entrada y van a un concierto.
«Si mi rayo te alcanzara», su último álbum que saldrá en noviembre, ya ha dicho que será diferente a los trabajos anteriores.
Noto una energía distinta. Los tres discos anteriores conforman una especie de trilogía que, de un modo, ya pasó. Este disco sale de otro sitio. Es como de otra raíz de un árbol diferente. Quizás sí que dentro del mismo jardín. Lo noto en muchas cosas. Es más coral, el productor es distinto, he tocado menos que nunca en el disco, y es la primera vez que no compongo solo. Propuse a David Quintán, gran compositor, adentrarse en el proyecto. La música es más actual y menos clásica en sentido retro.
Y en 2009, en uno de los mejores momentos de Deluxe, su última banda, lo dejó todo y se marchó a Buenos Aires.
Es curioso pero fue a raíz de cierto éxito que no me permitió tampoco seguir explorando en la música y en la vida. Me faltaba tiempo. Que te vaya bien a veces te quita espacio para hacer lo que más te gusta y para lo que más necesitas para tu propio arte. No quería perderlo, entonces decidí cortar e irme y empaparme de nuevas cosas. Pensé que era ese momento o nunca. Iba para un año y me quedé casi cinco.
Allí nació «Atlántico», su primer álbum como Xoel López, marcando un punto de inflexión en su trayectoria siendo todo un éxito.
Realmente me marcó completamente en mi carrera, y lo que supuso a nivel de escena musical. Pero, sin duda, porque es el disco que lo cambia todo. Lejos de casa, sin tener el mismo rol en mi entorno, gané una gran libertad. Ese fue mi gran regalo. Incluso ahora estamos con un periodista en Coruña que me está haciendo unas primeras entrevistas para lo que será un libro sobre Atlántico.
Es un artista que, con el paso del tiempo, suele reinventarse. ¿Por qué?
A mí me mata la curiosidad. No puedo evitar explorar terrenos desconocidos, probar nuevas cosas. Imagino que tiene que ver con seguir disfrutando. Y no perder esa cierta tensión. El vértigo es fundamental para seguir creando y que no se apague la llama.
