Ochenta años después de abrirle las puertas de Hollywood a Hitchcock y brindarle su único Óscar a la mejor película, el fantasma de «Rebeca» revive en Netflix, en una adaptación más ambigua y ligera, con Kristin Scott Thomas como la ahora no tan maléfica señora Danvers, junto a Lily James y Armie Hammer. Pensada para el público más joven que no tiene en mente la película original, esta «Rebeca» dirigida por Ben Wheatley (»High Rise») estará disponible en la plataforma el día 21.

«El juicio sobre los personajes es más gris en nuestra película, creo que hay más empatía hacia ellos», defiende Wheatley que dice haber tomado como referencia la novela original de Daphne du Maurier y rechaza hablar de «remake» del célebre largometraje protagonizado por Joan Fontaine y Laurence Olivier. «Bastante difícil es hacer una película, como para tener que pensar en la película de otro», sostiene . De la novela, fue precisamente esa ambigüedad moral lo que le atrajo y la combinación de géneros. «Empieza como un viaje agradable, unas vacaciones y se convierte en una historia de fantasmas y de asesinatos», describe.

La historia arranca en Mónaco con el romance entre una joven humilde (Lily James) y el apuesto viudo Maxim de Winter (Armie Hammer) y cambia de tono cuando, tras el matrimonio, llegan a Manderley, la finca familiar custodiada por una siniestra ama de llaves y el fantasma de la esposa fallecida. El personaje más inquietante sigue siendo el de la retorcida señora Danvers, que Scott Thomas trata de humanizar sin hacerle perder su carácter malévolo. «Cuando haces una adaptación tienes dos opciones, ser muy fiel al material original o permitirte licencias poéticas, como hicimos con ‘El paciente inglés’ en su día y es lo que hace Ben aquí», dice.