Llama la atención el poco debate que parece ha suscitado en la ciudad, y en la memoria colectiva, el anuncio de la subsede del IVAM en el Muelle 3 del Parque Central. Un edificio reclamado desde hace años por los vecinos de Russafa como equipamiento de barrio.

Y es que el IVAM no nació ayer, si no en 1986. Una historia de éxito pero también de ampliaciones fallidas, del coste económico y social de las expropiaciones... Entonces, ¿por qué ahora una ampliación si ya la tuvo en el Centro del Carmen, y no la ha querido en su solar trasero?

Parece que la nueva dirección del IVAM ganó su concurso-oposición proponiendo, entre otras medidas, la aproximación del museo a los barrios de València mediante una nueva sede.

A pesar de la política de transparencia y gobierno abierto, para el ciudadano de a pie no es fácil conocer el proceso de decisión política de la eventual cesión del Muelle 3 a la Generalitat por parte del Ayuntamiento. Es más probable que se haya tomado en el consejo de administración de la Sociedad Parque Central, participada también por Fomento. Cuyo objetivo, a pesar de su nombre, es sobre todo pagar una operación ferroviaria que ya costaría más de 3 mil millones de euros a partir de un aprovechamiento urbanístico de más de 4 mil viviendas y que persigue naturalmente el caché y la plusvalía que puede dar una buena marca.

Con estas cifras, al IVAM-Generalitat, solo le va a costar dos millones de euros su adecuación, buscando apalancar con este gesto la dilatada operación. Aunque, según la memoria de sostenibilidad del IVAM 2021-23, su presupuesto ya está en torno a los 11 millones de euros anuales. En el contexto de este anuncio de ampliación el análisis de dicha memoria parece más bien demoledor en aspectos clave que deberían interesar antes de expandir el «modelo»: precariedad laboral, limitación de recursos, desconocimiento del impacto económico, falta de estudios previos del plan de inversiones, de análisis del coste/beneficio de las exposiciones, de evaluación de la satisfacción de las visitas, ...

También choca que entre otras oportunidades de mejora, en este caso en lo social se destaca textualmente lo siguiente: «Arraigo en el barrio del Carmen. La construcción y posterior gestión del proyecto de ampliación del museo en el pasado han degradado la relación entre la institución y el barrio y ha provocado que el entorno local no se sienta el IVAM como sede. Además, la entidad participa poco en las actividades del barrio y no promueve actuaciones / proyectos con organizaciones sociales para facilitar la cohesión y la integración social».

¿Es quizás por esto que el IVAM se va al barrio de Russafa, a 3 kilómetros del El Carmen, a enmendarse? No parece la mejor forma, si es a cambio de hacerse con una de las pocas oportunidades de contar con mayores equipamientos que le quedan a Russafa. De hecho, el apoyo mayoritario a la propuesta de inversión en el Muelle 3 como Instalación Deportiva Elemental en la convocatoria de ‘Decidim València’, es un buen ejemplo de esta aspiración.

A tiempo estamos.