La próxima gala de la guía Michelin se celebrará el 14 de diciembre en el Palau de les Arts de València, tal y como adelantó Levante-EMV hace algunos meses. El anuncio se efectuó ayer en el congreso gastronómico Madrid Fusión, durante una rueda de prensa a la que asistió una delegación valenciana, formada por Francesc Colomer, secretario autonómico de Turismo; Jordi Mayor, diputado de Turismo en la Diputación de Valencia; Emiliano García, concejal de Turismo del Ayuntamiento de València, y el chef Quique Dacosta.
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Miguel Pereda, director de ventas de la guía roja, comunicó la decisión como un premio a una comunidad que cumple los criterios de personalidad y vitalidad y que cuenta con una estrategia turística muy clara y con una calidad que viene refrendada por el hecho de que 119 de sus restaurantes aparecen en el índice de la guía, 20 de ellos con estrellas.
Todo apunta a que este año la gala volverá a ser presencial. Aunque todo dependerá de las medidas sanitarias que rijan en esas fechas. Se prevé que la ceremonia se realice en el Palau de les Arts para luego desplazarse a una zona de showcooking donde una selección de chefs cocinarán en directo para los asistentes.
La decisión ha sido muy bien recibida por los chefs bandera de la Comunitat Valenciana. Ricard Camarena, por ejemplo, afirmó ayer en declaraciones realizadas a Levante-EMV que «esto es bueno para todos. Para los estrellados y para los que no lo están. Michelin es la marca gastronómica más importante del planeta y que ponga el foco en València nos beneficia a todos. Por ejemplo, los asistentes a la gala no suelen ir a grandes restaurantes sino a sitios informales. Restaurantes informales como Rausell donde puedan reunirse 10 o 12 personas y que acabarán siendo más conocidos y valorados».
Uno de los comentarios que sobrevoló la presentación del evento fue la influencia que la ubicación de la gala pueda tener en la cosecha de estrellas. Camarena confesó en los pasillos de Madrid Fusión que existe una cierta leyenda negra que afirma que la ciudad que alberga la gala pierde ese año más estrellas que gana. «Pero eso yo creo que es una superstición que venceremos este año. Espero ver a tres o cuatro compañeros recibir una estrella. Gente como Patiño, La Sucursal o Fierro». La cosa tiene tanta miga que fue este el tema elegido por Dacosta para cerrar su intervención cuando dijo que «el hecho de que venga la guía a València no hará que venga más estrellas porque eso nos lo trabajamos nosotros todos los días».
Francesc Colomer, secretario autonómico de Turismo, quiso ver en esta decisión una mirada valiente hacia la excelencia cuando afirmó que «con el sanchopancismo de lo posible no es suficiente. Volveremos a sentir el costillar de rocinante y apostaremos por el idealismo», en una clara defensa hacia su apuesta por premiar siempre la excelencia.
Por su parte, Emiliano García y Jordi Mayor, quisieron aprovechar la oportunidad para homenajear a los compañeros de Dacosta. Emiliano agradeció su implicación a Ricard Camarena, Bernd Knöller y Begoña Rodrigo mientras que Mayor quiso acordarse de profesionales como Salvador Gascón sin los cuales esto no hubiera sido posible.
Por la puerta grande
Dacosta, que ha ejercido en el proceso de designación de la sede un liderazgo reconocido por todas las partes, clausuró el acto reivindicando que esta celebración es un síntoma más del buen estado de salud de la gastronomía valenciana. «Hace treinta años ni siquiera estábamos invitados a esta fiesta y este año se celebrará en València». Hemos mejorado mucho.
Por la noche una cena en el Hotel Mandarín Oriental Ritz convocó a lo más granado de la prensa gastronómica española para celebrar la noticia y promocionar la gastronomía valenciana. Allí cocinaron Ricard Camarena, Ricard Tobella, Kiko Moya, Alberto Ferruz, Miguel Barreda y Raúl Resino.