«Lobster Soup», de Pepe Andreu y Rafa Molés; «Posidonia», de Adán Aliaga; «Sedimentos», de Adrián Silvestre, «Camagroga» de Alfonso Amador, y «Un blues para Teherán» de Javier Tolentino, son las tres producciones «valencianas» preseleccionadas por la Academia de Cine para competir por el Goya al mejor documental en 2022. Entre los candidatos también figuran «Quién lo impide» de Jonás Trueba, «El retorno: la vida después del ISIS» de Alba Sotorra, «Nación» de Margarita Ledo o «Bienvenidos a España» de Juan Antonio Moreno.

También están el «Álbum de posguerra» de Airy Maragall y Ángel Leiro, «Balandrau, infierno helado» de Guille Cascante, «Del otro lado» de Iván Guarnizo, «Héroes. Silencio y Rock &Roll» de Alexis Morante. La lista se completa con «Magaluf Ghost Town» de Miguel Ángel Blanca, «Non Dago Mikel?» de Amaia Merino y Miguel A. Llamas, y «Tierra de leche y miel» de Carlos Mora Fuentes, Gonzalo Recio y Héctor Domínguez-Viguera Queija.

Por otra parte, el papa Francisco recibió ayer en el Vaticano al documentalista valenciano Alberto Pla, quien le entregó una copia de «El Jardín de las rosas», un documental que narra los asesinatos, en 1989, en El Salvador, de los conocidos como «mártires de la UCA», un grupo de jesuitas que fallecieron a manos de las fuerzas armadas. En el documental participan algunos miembros de la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio San José de València, que formaron parte de la acusación contra el coronel Inocente Montano, así como el presidente de la Fundación por la Justicia, José María Tomás o la cooperante valenciana Ascensión Ruiz.