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Elca será un paisaje poético

Incluye su biblioteca, «una de las más importantes de España sobre poesía»

La familia Avargues empezó a construir el edificio de Elca en el siglo XVII. P.iborra

«La casa, blanca y grande, vacía de su dueño, / permanece. Silban los pájaros; las tapias, un olor. / Quien regresa se duele del destierro de la casa. / Aquí descubrió el mundo; lugar para morir». Así empieza «El extraño habitual», uno de los muchos poemas que Francisco Brines dedicó a Elca, su hogar en Oliva, su «lugar para morir».

«Para mí ha llegado a simbolizar el espacio del mundo -dijo Brines sobre Elca en una entrevista a Luis Antonio de Villena-. Allí lo descubrí deslumbrante y eterno, y cuando la vida me dio una visión nueva, inesperada, de mortalidad, seguí amándolo desde su pérdida, y añorando en él su antiguo e imposible engaño divino».

Francisco Brines en el salón de Elca en diciembre de 2019. Fernando bustamante

Cuando se va a cumplir ya medio año de la muerte del escritor, la Generalitat ha iniciado el expediente para que el lugar físico y poético se convierta también en un bien de interés cultural con la categoría de «sitio histórico».

Elca, recoge la resolución publicada ayer por la Conselleria de Cultura, «constituye un patrimonio de vital importancia por el valor de su conjunto, tanto por el legado bibliográfico y pictórico que dejó, como por el significado de su representación como paisaje escrito». Elca es, según la Generalitat, «un lugar vinculado de manera indisoluble a Francisco Brines, que a través de su obra mitificó el lugar como uno de los paisajes escritos más importantes de la poesía castellana del siglo XX».

La colección pictórica de Brines incluye obras de arte contemporáneo. F.bustamante

Tal como recoge la resolución, la familia de Francisco Brines compró la finca a principios de los años 40. Unos años antes, en plena Guerra Civil, había sido confiscada a sus anteriores dueños para instalar una colonia de niños. El edificio actual, que ahora será protegido por la Generalitat, fue construido por la familia Avargues en el siglo XVII y a finales del XIX pasó a manos de la familia Trenor.

Pero los orígenes se remontan a la época romana ya que allí se asentó una villa rodeada de olivos. «Aquí detrás -recordó Brines cuando en diciembre de 2019 recibió la Alta Distinción de la Generalitat-, hay un yacimiento del cuaternario. Así que estamos aquí los vivos de siglo XXI y los que vivieron antes con muchas menos comodidades que nosotros, pero que no echaban de menos porque no las conocieron».

Además de la casa, el BIC protegerá la colección bibliográfica de Brines, cuya pasión por los libros le llevó a reunir más de 15.000 ejemplares. En los fondos se encuentran volúmenes de entre los siglos XVI y XVIII de «gran valor» y de autores como Santa Teresa de Jesús, Lope de Vega, San Juan de la Cruz o Francisco de Quevedo, o los estudios del erudito Gregorio Mayans.

La biblioteca también esta formada por una completísima colección de libros de poesía española del siglo XX, con multitud de primeras ediciones, muchas de ellas con dedicatoria autógrafa. Cuenta, además, con una colección de libros de prosa, desde los grandes creadores de la Generación del 98 hasta los autores más jóvenes del siglo XXI, y guarda una «amplia representación de las mejores revistas» literarias del siglo XX.

Por último, la resolución destaca dos conjuntos singulares: las traducciones al castellano de una inmensa cantidad de autores universales, «a menudo muy difíciles de localizar debido a su rareza», y lo libros de crítica sobre literatura. «Por todo -concluye-, podemos afirmar que la biblioteca de Francisco Brines es sin duda una de las grandes bibliotecas españolas especializada en poesía contemporánea y, debido a su singularidad excepcional, constituye un conjunto irrepetible de inmensa importancia cultural».

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