Tres obras literarias en las que la niñez y la adolescencia juegan un papel esencial y un ensayo en el que filosofía y periodismo se unen para alertarnos sobre la posverdad, han recibido este año los Premios de la Crítica Literaria Valenciana anunciados el pasado sábado. Un reconocimiento que, tal como coinciden los cuatro premiados -Paco Romeu, Enrique Herreras, Lola Mascarell y José Iniesta- sirve para que sus libros “continúen vivos” y lleguen a más lectores.

“Para mí es un reconocimiento inesperado porque este año concursaban novelas excelentes y no pensaba que fuese a gustar más la mía”, asegura Mascarell, premio de la Crítica a la mejor obra narrativa por “Nosotras ya no estaremos”, una historia ambientada en la década de los 80 que tiene como escenarios los paisajes valencianos de la niñez de la autora. “Es un tema que conecta con casi todo el mundo, porque todo el mundo ha pasado sus veranos en una casa a la que tiene un cariño especial -explica Mascarell-. Ese tipo de cariño es un sentimiento bastante común, que es que es a lo que aspira la literatura, ir de lo particular a lo general”.

Si bien el paisaje y el sentimiento es general, la crítica ha reconocido la particular narrativa empleada por Mascarell, su tono evocativo y su lenguaje sencillo, fresco y vivo, pero exigente. “Procedo de la poesía, con lo cual cada página está cuidada casi como si fuera un poema -explica-. Es una manera de escribir que no tiene que gustar a todo el mundo, por lo que siempre te queda la duda de si la voz narrativa que has empleado es la correcta. Por eso recibir un premio como este siempre da bastante seguridad”.

Valencia.Lola Mascarell Fernando Bustamante

La evocación de la infancia también forma parte de “Cantar la vida”, la obra con la que José Iniesta ha obtenido el Premio de Poesía. “En mi poesía siempre ha estado presente el niño que he sido -reconoce Iniesta-. La niñez es una época tan poderosa que, aunque acabemos perdiendo la inocencia, nunca dejamos de ser el niño que hemos sido”.

Tal como indica su autor, el título de su poemario ya refleja sus intenciones, ese canto al “dolor, amor, memoria, infancia, dicha y la propia muerte” que ha reconocido el jurado del premio. “La poesía es una manera de vivir, de tener una mirada atenta de las cosas -cuenta Iniesta-. Escribir da conciencia de vida, de lo que has vivido y de qué queda por vivir. Y es una manera de poner en cuenta la palabra como material sagrado que define al hombre”.

José Iniesta L-EMV

También está presenta la infancia en Gulliver Captiu, de Paco Romeu -Premio de de Literatura Dramática- a través de uno de sus tres personajes, un chico de 12 años que sufre un accidente en el Parque Gulliver el día de su inauguración, y que despierta del coma 30 años después siendo aún el niño de entonces pero en una València totalmente cambiada. Tal como ha destacado el jurado, este argumento le sirve a Romeu para retratar la evolución social y urbanística de la ciudad, caracterizar a sus protagonistas a través del lenguaje e integrar los lenguajes audiovisuales en un texto teatral que “espero que este premio ayude a llevar a escena”, ha explicado Romeu.

“Soy un dramaturgo que cuenta historias y por eso creo que Gulliver captiu es una especie de fábula en la que, mediante una situación familiar y con la figura del Gulliver del parque como excusa poética, trato de ofrecer una mirada de los ciudadanos de València hacia su ciudad, su río, su lengua y todos los cambios vividos en este tiempo”, resume el autor.

Paco Romeu PASCUAL CEBRIAN

Por último, en “Lo que la posverdad esconde”, premio de Ensayo y Crítica, Enrique Herreras ha indagado a través de la Filosofía y su particular experiencia como periodista en medios como Levante-EMV sobre la pérdida de valor de la verdad y el peligro que por ello corren la democracia y las sociedades contemporáneas. “Siempre ha habido mentiras interesadas en los medios y en la política porque, como siempre digo, la posverdad ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma -explica Herreras-. Pero ahora la mentira se ha viralizado tanto en los medios tradicionales como en las redes. Y aunque sigue habiendo periódicos que intentan hacer un periodismo serio, ha de competir contra muchos enemigos”.

Sobre la trascendencia del premio, Herreras lo tiene claro: “para mí significa que el libro siga vivo. Lo importante para mí es que su mensaje siga divulgándose”.