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Juan José Lahuerta Comisario

"Confundir la vida de un artista con su obra es un mito romántico"

"El origen del trabajo de Julio González está en el taller artesano paterno, pero, frente a lo que parecía ser su destino, se revela con voluntad de ‘ser artista’", explica el experto

El historiador y crítico de arte Juan José Lahuerta. | LEVANTE-EMV

El historiador y crítico de arte Juan José Lahuerta (Barcelona, 1954) sacude los mitos que envuelven la obra del escultor catalán Julio González. Para ello, hace su particular revisión de los fondos del IVAM en la exposición «Ser artista. Julio González», que el centro de arte de la calle Guillem de Castro inaugura el viernes.

¿Cómo es la exposición?

Cuenta con unas 250 obras, entre esculturas, pinturas, dibujos, fotografías y piezas de joyería. Esa cifra resulta muy aumentada por la gran cantidad de manuscritos, tarjetas postales, documentos de todo tipo, libros y revistas de época, que no solamente servirán para contextualizar la obra de González, sino que se mostrarán, creemos que por primera vez, como parte esencial para la comprensión y el disfrute de la misma.

¿Qué hay de nuevo sobre Julio González?

Su obra es tan compleja, recorre un período tan denso y esencial de la historia del arte del siglo XX y participa tan activamente de las polémicas y argumentos de las vanguardias, que siempre ofrece nuevas visiones. El título «Ser artista» da razón de la novedad del punto de vista con el que tratamos una obra cuyo origen está en un taller artesano, la metalistería paterna, pero que, frente a lo que parecía ser su destino, se revela con voluntad de ‘ser artista’, precisamente, en el sentido idealizado que el fin del siglo XIX daba a esa palabra. En esta lucha, representada como crisis continua, se define toda la obra de Julio González, sus contradicciones y sus éxitos.

¿Se ha llevado alguna sorpresa al bucear en los fondos del IVAM?

Me gustaría señalar las tarjetas postales como algo especial. Enviadas a amigos y, sobre todo, familiares, pueden perfectamente agruparse por grupos de intereses: sobre aviación, las que muestran las destrucciones de la Primera Guerra Mundial, las de edificios, las de obras de arte que constituyen una especie de museo portátil… vistas todas ellas junto a su obra ofrecen visiones nuevas sobre ella.

¿Qué mitos y tópicos han perdurado sobre la obra de Julio González?

La obra de Julio González ha sido explicada como una larga búsqueda que culmina en una especie de «visión» a través de la cual descubre su destino como escultor en hierro, e inaugura toda una rama esencial del arte de vanguardia. Junto a este mito se ha presentado también a González como un artista que nunca abandona su origen artesano, su apego al oficio, las herramientas y los materiales. Estas dos cuestiones se complementan con el mito de la modestia de un artista que habría vivido en una situación poco menos que marginal, trabajando en silencio, casi desconocido de todos. En realidad, todas estas visiones forman parte de los tópicos tradicionales de las «vidas de artista», las cuales son siempre hagiográficas. Lo que intentaremos mostrar, en cambio, es un González que se rebela contra la tradición artesana de su familia, que hace de eso una de las líneas de fuerza y, también, una de las contradicciones irresolubles de toda su vida y obra, y que, conscientemente anclado en su época, vive el tiempo de las vanguardias como uno de sus mayores protagonistas.

¿El arte nunca se da por concluido?

Afortunadamente no, y menos aún en el caso de una obra como la de Julio González, atravesada por la angustia de querer ‘ser artista’, una forma extrema de la voluntad de arte, tanto como por la conciencia crítica y el desgarro de lo que ello significa. El arte como forma de conocimiento -o, lo que es lo mismo, de disfrute en libertad- nunca se da por concluido.

¿Cómo es la colección del IVAM de Julio González?

Con decir que es la más extensa, completa y articulada del mundo sobre Julio González, creo que está dicho todo. Es una maravilla, y una suerte, poder disponer de, y trabajar con, unos fondos tan extraordinarios. Pero además de las obras propiamente artísticas -esculturas, pinturas, dibujos, joyas…-, y como ya he comentado, en esta exposición se verá una gran parte de lo que casi siempre queda oculto, y que significa una aproximación más íntima a la personalidad de nuestro artista: manuscritos, cartas, tarjetas, fotografías, cosas coleccionadas por él… Presentaremos, pues, una colección -si cabe- más allá de la colección.

¿Qué supuso Julio González para la escultura moderna?

En los años 50 su obra fue reinterpretada desde el punto de vista de la historia de unas vanguardias que ya habían pasado a la historia. Entonces se dijo de él que era el «primer maestro del soplete». Con ello quería decirse que González tenía que ser visto como el padre de toda una corriente de escultura de vanguardia que se basa en el hierro, o, mejor, la plancha de hierro, recortada y soldada con la técnica de la soldadura autógena: es decir, un material como el hierro, y una herramienta y una técnica, el soplete y la soldadura, asociados con lo industrial, que no habían ocupado hasta entonces un lugar importante para los artistas, se convertían en centrales y González, en su profeta. Este es el papel heroico que la historia operativa de las vanguardias ha asignado a Julio González, pero esta exposición demuestra que esta importancia no es impedimento para ofrecer una visión más compleja de una obra excepcional.

¿Se puede conocer a la persona a través de su obra?

Siempre queda un rastro de la personalidad de un artista en su obra, pero confundir la obra con la vida, e, incluso, hacer de la vida la obra, es un mito primero romántico y después bohemio, que hay que tratar críticamente. En esta exposición veremos cómo los motivos de la obra de Julio González, culminando en las grandes esculturas de los años de la guerra civil -Mujer ante el espejo o La Montserrat- parten de los temas académicos más tradicionales, a los que da una interpretación a veces tradicional y otras, revolucionaria. Estas cuestiones surgen de los núcleos mismos de la producción artística, más allá de las personalidades individuales, en un sentido colectivo. Ahora bien, como podrán ver los visitantes de esta exposición, esas obras tan universales irán acompañadas de mucho material más personal, incluso íntimo, al que ya me he referido -cartas, manuscritos, etc.- que ayudarán a comprender el equilibrio siempre difícil que se produce entre la obra y la vida.

¿Para cuantas exposiciones más da la obra de Julio González?

Creo que una de las cosas que esta exposición va a dejar claro es que la obra de González, como toda gran obra, es inagotable.

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