La Fundación Palau de les Arts ha iniciado el proceso para cambiar los actuales atriles que usan los músicos de la Orquestra de la Comunitat Valenciana por atriles digitales, una reconversión que convertirá a la formación dirigida por el maestro estadounidense James Gaffigan en una de las primeras de España en abandonar las partituras de papel en favor de las nuevas tecnologías.
De hecho, la OCV será la primera orquesta de ópera de España completamente digitalizada y la segunda sinfónica, por detrás de la de Radio Televisión Española, que inició este proceso en 2019. Ya en agosto de 2020 la Orquesta y Coro de RTVE (OCRTVE) celebró un concierto en el que todos sus miembros utilizaron tabletas digitales para leer las partituras.
El nuevo sistema que proyecta implantar Les Arts a través de un contrato valorado en cerca de 94.000 euros sustituye la lectura en papel en los conciertos por un soporte de mayor nitidez y luminosidad, la tablet, que evita además el obligado paso manual de páginas.
Deslizamiento automático
Así, y tal como destacaba RTVE en 2019 cuando inició el programa «Atril digital», la digitalización permite la importación de partituras en diversos formatos, compartir anotaciones entre los músicos y leer las diferentes particellas (la partitura en la que solamente aparece escrita la parte que debe interpretar un único intérprete o un grupo de músicos del mismo instrumento) con un deslizamiento (o scroll) automático continuo.
Según destaca la empresa que ha desarrollado esta aplicación para la Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE, este formato «sin páginas» evita distracciones y facilita al usuario una experiencia mucho más intensa de la composición musical.
Pero digitalización de la OCV no solo consistirá en cambiar el papel por el soporte electrónico para mostrar las partituras que vayan a utilizar los músicos tanto en los ensayos como en sus actuaciones en directo.
La reconversión también supone la erradicación del almacenamiento físico de partituras y particellas en papel, así como el copiado manual de anotaciones y fotocopiado posterior para cada cuerda o sección. Además, contribuye a una relación más eficiente de las diferentes secciones de la gerencia con los distribuidores y editoriales.
Sin anotaciones manuales
Un ejemplo de como la «digitalización» puede mejorar la actividad de las orquestas lo daba agosto de 2020 uno de los responsables del «Proyecto Atril» en la OCRTVE y tiene que ver con la forma en la que se realiza la colocación de arcos en las partituras, uno de los trabajos más importantes y delicados para el funcionamiento de una orquesta.
Con el método tradicional, el concertino de la orquesta, junto con el director, colocan los arcos en la partitura del violín 1 de cada obra y, una vez colocados, pasan al jefe de la siguiente sección de cuerda para que adapte esos arcos a su particella correspondiente. Una vez realizada la revisión, el equipo de archivo traspasa manualmente los arcos a las particellas del resto de músicos.
En cambio, con los atriles digitales, director, concertino y jefes de cuerda escriben sus arcos en la partitura digital y automáticamente están disponibles para el resto de músicos de la formación.
La digitalización también agiliza el proceso de gestión digital del archivo. En la actualidad, en la OCV y en la mayoría de las orquestas se imprimen las partituras, se preparan en carpetas para cada atril, los músicos pasan físicamente por el archivo a recoger el material, se guardan en cajas de cartón y se copian los arcos a mano de particella en particella.
El sistema digital que utiliza actualmente RTVE consigue que el proceso de encarpetado y que el equipo de archivo reparta las particellas a cada atril digital desde la tablet central, de forma que los músicos tienen acceso al material del concierto desde el momento que en el archivo lo tienen preparado para su entrega.
