Carmen, Pepa, Isabel, Cándida, Catalina, Severina, La Gazpacha… Ellas y hasta un total de 35 nombres en femenino son las verdaderas protagonistas de «En una casa», la exposición que firman la ilustradora Ana Penyas (València, 1987) y la antropóloga e investigadora social Alba Herrero (València, 1986) en el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM). La muestra, que complementa su título con «Genealogía del trabajo del hogar y los cuidados» aborda la organización social de los cuidados, las transformaciones recientes y la situación actual del trabajo remunerado en el hogar. Lo hace a través de las creaciones de la Premio Nacional de Cómic, fotografías, revistas, libros o carteles de películas tan conocidas como «¡Cómo está el servicio!» -¿quién no recuerda el célebre ‘el soñorito’ de Gracita Morales-. La muestra se puede visitar en el centro de arte de la calle Guillem de Castro hasta el próximo 23 de abril.
Relacionadas
Lo cotidiano atravesado por el feminismo
Cuando Penyas y Herrero empezaron a trabajar en este proyecto -a medio camino entre la investigación gráfica y social- hace como año y medio, recordó este miércoles en su presentación la directora del IVAM, Nuria Enguita, buscaron el punto en común que las unía para poder traspasar los límites de las disciplinas de cada una. El encuentro se produjo en la mirada que compartían: lo cotidiano desde lo que quedaba en un segundo plano. A ello sumaron «cómo nos atraviesa el feminismo», añadieron.
En este trabajo, Penyas y Herrero han entrevistado a 35 mujeres, cada una con su particular situación, nacidas entre 1930 y 1997, aunque han sido muchas más con las que han mantenido encuentros informales. El resultado ofrece por una parte, la obra gráfica de Penyas; por otra, el relato coral fruto de la investigación, y en tercer lugar, un fanzine colectivo realizado por 14 trabajadoras del sector.
Un siglo de labores
La muestra traza una genealogía sobre las condiciones materiales, simbólicas, políticas y sociales en las que se ha llevado a cabo el trabajo en el hogar durante el último siglo. Desde cómo se ha llamado -sirvienta, empleada del hogar, trabajadora del hogar- hasta el modelo de mujer o las configuraciones familiares y la estructura social en general.
Este amplio rango temporal en la investigación ha propiciado que las vivencias de estas mujeres sean muy diferentes unas de otras, se extrae de las palabras de Penyas y Herrero. También sus procedencias son diversas. Las que se dedicaban a estas labores durante el franquismo provenían, muchas de ellas, de Cuenca o Andalucía, y algunos pueblos valencianos. Ya en democracia, se cuentan más trabajadoras de América Latina o países del este de Europa.
Línea temporal
La exposición se organiza en torno a una línea temporal en la que las historias de vida y las diversas situaciones avanzan según el devenir histórico y social. Lo poético se yuxtapone al archivo. Las experiencias vitales y la ficción cruzan sus caminos para construir imágenes capaces de representar contradicciones, silencios y lo invisible. Según Penyas y Herrero, este proyecto cristalizado en exposición «propone un diálogo entre la etnografía y la creación artística», con el indiscutible sello visual de la ilustradora valenciana, que se permite algunas licencias en función de la época a representar. A partir de ahí, busca «trastocar imaginarios, ampliar la mirada crítica sobre el pasado, las trayectorias de la organización colectiva y de reivindicación de derechos y condiciones de trabajo dignas y para preguntarnos por futuros posibles y deseados».