Nostalgia del Sega y furor por el cosplay en la Feria de Manga

La Japan Weekend finaliza con un público entregado a su pasión por el mundo paralelo de la cultura japonesa

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Jaume le enseña a su hijo un Sega Mater Sistem II. Al muchacho le debe parecer un hacha de piedra si ya anda por la Play Station 5. El grupo familiar habla del Mega Drive «que fue la que enterró a la Spectrum». Son consolas casi de otra vida, de noche ochentera, de las que «ponías y tenías que esperar media hora para que se cargara». Pero que tienen su público nostálgico. Viejos aparatos y cartuchos se podían ver y disfrutar en la Japan Weekend en una especie de rastro que exponían las tiendas retro, que son comunidad dentro de una comunidad. «Funcionan y tiene su mercado. Hay gente de treinta, cuarenta años, que se interesan nuevamente por los juegos que tenían en su niñez. Era juegos de acción más directa, con menos argumento». Como un Seat 600. «Las compañías ya no se hacen cargo porque dejaron de fabricarse hace más de veinte años, pero hay un muno de segunda mano. Se repara, se juega y se repara» asegura Jordi, responsable de Retro Japan, de Paterna.

Imposible encontrar un Mazinger Z

Y es que el videojuego, el manga, el anime son devoradores del tiempo. En la Japan Weekend, que este domingo celebró su segunda jornada, los personajes son presente rabioso. No busques unMazinger Z. Es un manga mítico, pero de tan viejuno, ya no interesa. Pero no hay que irse tan lejos. Encontrar a Oliver y Benji es nuevamente en los puestos retro. Y los tiros con efecto y catapultas infernales parecen de hace media hora.

Cientos, miles de personas acudieron a la jornada dominical para disfrutar de la pasión nipona y un poco de coreana. Es, sin duda, la feria más friki, con todo el bestiario imaginable en formato cosplay -un estadio evolutivo del disfraz en el que no te vistes como el personaje: eres el personaje-. Otra cosa es que, Indiana Jones o Darth Vader liguen poco en un mundo de gyozas, sables, estudiantes de corbata y plátanos humanos ("soy Dio, y voy embarazada porque hoy es el Día de la Madre. Pero yo soy de lo más normal que encontrarás por aquí"), pero todo tiene cabida cuando se trata del manga, el anime y, en definitiva, la imaginación más rocambolesca.