Director titular de la Banda Sinfónica Municipal de València

Soler: "La Banda Municipal Sinfónica tiene un gran potencial que no se ha aprovechado"

Soler aboga por combinar tradición e innovación, así como trabajar en implicar y motivar a los profesores para que «puedan dar el 100 %»

Cristóbal Soler, director titular de la Banda Sinfónica Municipal de València.

Cristóbal Soler, director titular de la Banda Sinfónica Municipal de València. / Fernando Bustamante

Lluís Pérez

Lluís Pérez

«Equipo». Es la palabra que más repite Cristóbal Soler, recientemente nombrado como director titular de la Banda Sinfónica Municipal de València, en los casi cincuenta minutos de conversación con Levante-EMV. El director quiere pasar página tras una etapa negra en la agrupación y trabajar codo con codo con el Ayuntamiento de València y la gestión del Palau de la Música, dirigido por Vicent Llimerà, para conseguir implicar e ilusionar a todas las partes implicadas.  

Primero, la pregunta evidente. ¿Qué supone para usted ser el director titular de la Banda Sinfónica Municipal de València? 

La verdad es que es, por una parte, un honor y, por otra, una gran satisfacción que, en este momento de mi carrera, me llegue este nombramiento. Para mí, la Banda Sinfónica Municipal de València es la madre de todas las bandas valencianas y, por tanto, es también una responsabilidad porque es un referente y se debe mantener su excelencia musical. La responsabilidad no es sólo mía; la comparto con el Ayuntamiento de València, la dirección del Palau de la Música, los profesores de la agrupación y el personal técnico. Tenemos que ser un equipo e implicarnos todos. Es, por tanto, un privilegio, pero también un deber para conseguir que la banda sea un referente mundial. 

¿Es un reto que asusta más que motiva o que motiva más que asusta? 

No creo que me asuste, pero me motiva mucho porque, si te soy sincero, este proyecto significa ilusión y, sobre todo, entrega. Es algo pasional. Yo creo en esto, lo vivo y pretendo estar al servicio de la sociedad valenciana: del público, de la banda y de mi gente. Y pretendo hacerlo con mi filosofía de vida que es la concordia y el respeto, haciendo equipo, para que todas las partes implicadas —el consistorio, la gestión, los profesores y el personal técnico— rememos todos en la misma dirección: hacia la excelencia. No es sólo plasmarlo en el papel, hay que trasladarlo a todos los implicados y eso pretendo hacer como elemento mediador entre todos ellos.

¿Cómo calificaría el nivel artístico de la plantilla de la agrupación?

Estoy convencídisimo de que hay un gran nivel con mucho potencial que, hasta ahora, no se ha aprovechado al cien por cien en los últimos años. Creo en ellos firmemente porque son músicos valencianos que, además, se han ganado su plaza mediante una oposición. Conozco a algunos de ellos y son maravillosos a nivel profesional. No hay ninguna duda. Ahora bien, es necesario hacer un trabajo en equipo porque la música va mucho más allá de ejecutar las notas; necesita de la energía de un grupo bien conexionado, comunicado, implicado y motivado. Ahí es donde debemos incidir, ver cómo los implicamos, qué directores invitados o solistas traemos, qué viajes hacemos o qué grabaciones programamos. Todo eso es fundamental en el músico. 

«Muchas bandas profesionales están obsoletas. Hay que acercarlas a la ciudadanía»

La tensión entre la plantilla y el anterior director titular, el desencuentro con el anterior gobierno, el cierre del Palau de la Música o el infructuoso traslado de la banda al Palau de les Arts... En los últimos años, la agrupación ha copado titulares más por aspectos extramusicales que por los estrictamente artísticos. ¿Se ha desprestigiado la institución? 

Claro que ha influido. Los músicos van a ser los mismos. No va ser una banda con 30 músicos nuevos, no. Pero vamos a trabajar el entorno porque los músicos al final son personas, con una alta sensibilidad; no hacen un trabajo mecánico, sino que necesitan inspiración. A mis alumnos de dirección, les insisto en que al dirigir, trabajan con personas y, si éstas están bien gestionadas, te pueden dar el 100 %. A veces, es sólo cuestión de escuchar, de ponerlos en valor.

¿Tratarles más como personas que como músicos?

Insisto: escucharlos y ponerlos en valor. Por eso, quiero hacer un periodo de escucha, dedicar los primeros meses a realizar una entrevista individual con cada uno y saber qué les preocupa, escucharlos y que se sientan bien tratados. Y, sobre todo, que entiendan que representamos a una institución histórica.

Confío y cuento con todos ellos. Necesito que crean en el proyecto; todos, porque el ayuntamiento va a creer en ellos. Es una suerte que en el consistorio haya personas que saben de lo que hablamos, empezando por la alcaldesa Mª José Català, quien ha sido oboísta en Torrent; contando con el apoyo constante del concejal de Cultura, José luis Moreno, con el que hablo prácticamente a diario; y todas las personas que han elegido para dirigir el Palau de la Música y este proyecto. Hay una sensibilidad de escucharlos y apoyarlos. Estoy muy feliz no solo porque los músicos sé que van a entrar en ese camino de excelencia, sino porque también sé que tendrán al ayuntamiento siempre detrás. 

Comenzó muy joven en el mundo de las bandas amateurs, pero gran parte de su carrera se ha centrado en el mundo orquestal. ¿Es una vuelta a los orígenes?

Siempre he mantenido un doble perfil, pero es cierto que toqué techo en la dirección de banda amateur muy joven. Con 23 años, gané la sección de Honor del Certamen Internacional de Bandas de Música «Ciutat de València» como director; el más joven de la historia, con la SMI Santa Cecilia de Cullera. Eso me permitió empezar poco a poco en el mundo de la orquesta. Pero siempre he mantenido ese doble perfil. Por ejemplo, yo llevo cinco años siendo invitado a dirigir la Banda Sinfónica Municipal de Madrid, pero a la vez soy el director que más veces ha actuado como invitado con la Orquesta de València en los últimos 25 años. Pero, en cierto modo, sí que supone regresar a mi tierra a dirigir una banda que es un referente para muchos.

Cristóbal Soler, el nuevo director titular de la Banda Sinfónica Municipal de València.

Cristóbal Soler, el nuevo director titular de la Banda Sinfónica Municipal de València. / Fernando Bustamante

Conocer el mundo sinfónico es fundamental para un director. Quiero combinar diferentes disposiciones de la banda, dependiendo del repertorio, para que sea mucho más sinfónica y estoy pensando en cómo equilibrar el repertorio para tocar composiciones sinfónicas en las que el 90 % de ellas son obras maestras, pero también repertorio original de banda, aunque es más difícil escoger porque hay mucho menos repertorio de gran nivel. Estoy en contacto con compositores para estrenar obras originales. En definitiva, combinar tradición con innovación. Creo que muchas bandas profesionales están obsoletas.

 ¿En qué sentido? 

Lo más importante es que hay que tratar a las agrupaciones como lo que son: profesionales que buscan la excelencia. Tienen que tener una presencia sinfónica mucho mayor, cambiar su sonoridad y darle una personalidad propia, diferente a la de la orquesta; y, además, deben ser visibles y cercanas a la ciudadanía. No hay que olvidar que, en origen, la función de una banda municipal es acercar la música y sus diferentes estilos —jazz, zarzuela, lírico, ópera y sinfónico, entre otros— a la gente.

Quiero darle visibilidad y acercarla a todos. Tengo en mente un proyecto pedagógico didáctico muy potente que, en la próxima temporada, acerque a seis mil niños de primaria al Palau de la Música para que conozcan la Banda Municipal y se sientan orgullosos de ser valencianos y tener una banda como esta. Al final, me gustaría que la Banda Sinfónica Municipal de València sea de todos y para todos.