Levante-EMV, Valencia

Antoine Rigaudeau despejó ayer la incógnita sobre su futuro con la peor noticia posible, la de la retirada. «Le Roi», como se le apodó en su prolífica etapa en el Virtus de Bolonia, deja así plantado al Pamesa a dos semanas para que arranque la liga ACB. El determinante puesto que le había reservado Ricard Casas, el de director de juego, queda vacío. La comisión deportiva, que hasta el último momento había confiado en la incorporación del escolta francés, tuvo ayer que intensificar la búsqueda de un sustituto de garantías. Lo más factible es que el futuro base del Pamesa sea estadounidense - es un mercado con más posibilidades a estas alturas -, aunque tampoco sería descabellado pensar en un jugador europeo. Mientras Rigaudeau alegaba ayer cansancio - «he acabado muerto física y mentalmente en el Europeo», confesó- y el deseo de abrir una nueva página en su vida, el Pamesa advirtió que no descarta tomar medidas - legales- para salvaguardar sus intereses.

Los 600.000 euros de indemnización que estipulaba el contrato de Rigaudeau en caso de que éste abandonara Pamesa, no parece que vaya a tener que abonarlos, pues no se marcha a otro club, sino que deja el profesionalismo. «No veo por qué tendría que pagar nada», señalaba ayer Rigaudeau. En el trasfondo de una situación anómala desde el principio - por mucho que el Pamesa intentara revestirla de un aire de normalidad-, se adivinan relaciones poco fluidas entre ambas partes. Algo que, sin embargo, ayer negaron de forma tajante tanto unos como otros. «No he tenido problemas con el Pamesa aunque entiendo el malestar de ellos por esta decisión», comentaba el jugador a Ràdio Nou. «No quiero hacer cosas que van en contra de mis sentimientos, hacer mi trabajo sin voluntad o sin placer», manifestó, poniendo así fin a diecisiete intensos años de carrera en los que lo ha ganado todo como jugador de club - destacan dos Euroligas con el Virtus-, y como internacional - plata en los Juegos de Sidney y bronce en el Europeo de Belgrado-.

Varios avisos del jugador

Como se recordará, el Pamesa ejecutó la cláusula que le permitía prolongar el contrato del francés, una opción que se añadió cuando estaba a punto de someterse a una operación en el tobillo y que incluía una sustancial rebaja de su ficha. Rigaudeau respondió a ese anuncio con un comunicado - enviado desde Nueva York donde se encontraba de vacaciones-, advirtiendo de que no descartaba la posibilidad de marcharse a otro equipo.

«Un golpe muy duro»

El Pamesa Valencia , por su parte, contestó a la retirada de uno de los mejores jugadores que ha dado el baloncesto europeo, asegurando que lamentaba pero respetaba la decisión. No sin avisar de que defenderá sus intereses «tomando las medidas oportunas ante el perjuicio que en todos los sentidos ocasiona a la entidad». Víctor Sendra, director general, reconoció que se trataba «de un golpe muy duro» por el contratiempo que supone para los técnicos, que contaban con él para convertirlo en la pieza clave del próximo curso. Los planes de Rigaudeau, sin embargo, eran bien distintos.