J. M. Bort, Valencia

El paso lo dieron los futbolistas. Lo que no se atrevió a poner en práctica el club "para no perjudicar a los jugadores" hace un par de meses, lo hizo ayer la plantilla. Los miembros del primer equipo, filial y varios técnicos -en total, más de 80 personas- presentaron ayer una solicitud de concurso de acreedores en el Decanato de los Juzgados de Valencia, petición que tramitará el Juzgado de lo Mercantil número 2, según informó ayer el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.

El motivo de la solicitud está bien claro. Los jugadores del Levante UD no se fían de Carmona, el hombre que lleva engatusando al levantinismo desde hace un mes con la promesa de una compra que ya ha entrado en fecha de caducidad. No le ha servido de nada al supuesto inversor andaluz su última reunión con los futbolistas, en la que se comprometió a avalarles con 10 millones de euros en caso de no comprar. Visto que quien respaldaba la operación era una pequeña empresa murciana (Ruga) con 3.000 euros de capital social, los jugadores se han cubierto las espaldas.

Pese a todo, la solicitud de la Ley Concursal no supone ningún contratiempo en caso de que finalmente se cerrara la operación. Es una forma de salvaguardar parte de los 18 millones de euros que adeuda el club a la plantilla. En concreto, los jugadores cobrarían al menos un 25 por ciento de las nóminas impagadas en caso de que fuera admitida por el juez, ya que están contempladas como crédito salarial privilegiado. Dicho de otra manera: los pagos de los jugadores son preferentes con respecto a otras deudas a la hora del pago. Con esta maniobra, la plantilla se asegura una parte del cobro viendo que la venta no se define, pese a que Tomás Carmona intentó tranquilizar a los jugadores el pasado martes en la última reunión.

El club lo planteó en su día

La solicitud de concurso fue planteada por el consejo de administración en su día para tener, al menos, una salida a la crítica situación financiera heredada de la gestión de Pedro Villarroel. El club tenía preparados todos los documentos, pero finalmente prefirió esperar ante la posibilidad de recibir un préstamo o de que se produciera un traspaso accionarial. Paradojas del destino, y pese a que algún futbolista se embroncó con el consejero Javier Navarro por sugerir entonces la Ley Concursal, han sido finalmente los jugadores quienes han tomado la iniciativa con Carmona ahora en el trasfondo de la cuestión.

La solicitud de concurso por parte, en este caso, de los acreedores supondría, en caso de ser admitida, la Ley Concursal necesaria. En caso de presentarla el deudor, como así estudió el Levante UD, sería voluntaria. En términos globales, para la entidad hubiera sido más beneficioso solicitarla directamente, una posibilidad que sigue sin poder descartarse. Si el club presentara ahora la solicitud de concurso, sería reconocida antes que la entregada por los acreedores. Entonces, el Levante UD entraría en un proceso directo para renegociar los impagos a menos de un mes de plazo para que los jugadores retiren las denuncias ante la AFE. Sólo en caso de que lo hicieran, la entidad de Orriols evitaría el descenso administrativo a Segunda B.

La Real Sociedad se une

Mientras, la Real Sociedad siguió ayer el paso de otros clubes y solicitó la Ley Concursal por impagos y deudas.