La euforia desatada el domingo por la noche tras la victoria mundial de España no se ha disipado todavía. "Lo celebraremos hasta que tengamos otra alegría que celebrar", afirman los seguidores españoles que ayer abarrotaban los bares valencianos, alargando sus almuerzos con la ilusión del triunfo encima de la mesa. Era lunes, todo el mundo tenía que trabajar, pero en las caras se reflejaba alegría y satisfacción. "Hoy tenemos que trabajar, no nos queda otra, pero esta noche seguiremos celebrando el título que nos hemos llevado", aseguraban alzando los cafés y las copas de coñac para brindar.

Ayer no se hablaba de otra cosa en las cafeterías y en los bares. Los valencianos esperaban con ganas la hora del almuerzo para comentar el juego, la victoria y las celebraciones de la Roja. "Nos hemos acostado tarde, después de unas cuantas copas, pero hoy nos hemos levantado incluso con ganas de llegar al trabajo y de celebrarlo con los compañeros", aseguraban unos empresarios que se reunían en torno a un montón de periódicos y que reían al ver las fotos publicadas. Nadie se siente indiferente ante el gol que marcó Iniesta. Los gritos que se coreaban el domingo por la noche, "Casillas, Iniesta vámonos de fiesta", todavía se seguían escuchando ayer entre algunos jóvenes que habían alargado las celebraciones y que no tenían prisa por irse a dormir. No importaba si el partido se había vivido en familia o entre amigos, todos aseguraban que cuando España marcó el gol habían descorchado una botella de cava. "Después de los nervios y el sufrimiento que pasamos durante todo el partido, merecíamos celebrarlo por todo lo alto, ya sabíamos que el mundial estaba ganado", comentan los aficionados. Las banderas empapelaban ayer los balcones, los comercios, los bares. El color rojo se ha adueñado de las calles ahora más que nunca. Todavía encontrabas ayer algunos jóvenes vestidos con las banderas de nuestra selección. Al preguntarles cómo habían vivido el partido, todos coincidían en lo mismo: "El juego fue duro y difícil, pero confiábamos en nuestra selección. Hubo lágrimas de emoción, besos y abrazos". El alcohol, las tracas y la fiesta acompañaron a los valencianos durante la noche del domingo, y "esta noche seguiremos con la juerga", afirma un grupo de trabajadores que celebra el gol de Iniesta en un descanso de su jornada. Incluso hay algunos que se atreven a asegurar que "hoy es el primer día del fin de la crisis". Conseguir el título mundial ha sembrado la alegría hasta el punto de que los problemas cotidianos parecían menos importantes ayer.

Una de las anécdotas del partido que más se comentaba ayer en los bares, además, claro está de lo difícil que fue marcar el gol, era el beso que Íker Casillas le dio a Sara Carbonero en la entrevista que le hizo cuando ya eran campeones del mundo. Todos aclamaban el gesto del portero hacia la periodista. "Nosotros estuvimos esperando a que llegara ese momento, sabíamos que Íker lo haría", comenta una joven aficionada que bromea además con la reacción de ella tras el inesperado beso.

Lo que está claro es que todos los seguidores de los jugadores de la Selección Española estaban ayer eufóricos con la victoria de la Roja. Nadie se mostraba indiferente ante el título que se acaba de ganar. Somos campeones del mundo, y "esperamos seguir siéndolo durante mucho tiempo. Nos lo merecemos. La Selección Española hizo un juego mucho más limpio que la holandesa. La victoria tenía que ser nuestra".

Los seguidores lo tienen claro: "España tiene el mejor fútbol del mundo".