Hemos vivido una jornada más de entrenamientos pero no una cualquiera. El personal tiene ya ganas de volver a casa, de ver a sus familias, comer en su casa y disfrutar de una vida normal. Este es el final del viaje de tres semanas seguidas fuera de casa. Tres semanas que han enlazado tres Grandes Premios consecutivos con la tensión que ello conlleva entre los miembros de cada equipo. La presión por conseguir resultados no es solo para los pilotos, sino que los mecánicos, team managers, telemetristas y demás componente de los equipos también trabajan bajo presión y eso, de vez en cuando, hace que salgan fricciones personales entre los compañeros de un mismo equipo. En cualquier caso, nada que no se puede arreglar con una buena barbacoa

Barbacoas a go-go

El circuito de Phillip Island está en una pequeña isla enclavada en la costa sur de Australia. Cowes, la capital de la isla, no tiene más de 10.000 habitantes, por lo que las infraestructuras (hoteles, restaurantes, accesos y demás) son muy escasas. Ello hace que los equipos se alojen en casas que normalmente son residencias de verano de sus propietarios. Como tales, las casas suelen disponer de barbacoas, canastas en los porches, incluso mesas de ping-pong. Por la noche se suelen organizar barbacoas con los miembros de cada equipo para pasar un rato distendido.

El regreso de Carlos Checa

"El Toro", como a él mismo le gusta que le denominen, salió del Mundial de MotoGp a finales de la temporada 2007 con destino a Superbike. Tras tres años compitiendo con las motos derivadas de serie, ha recibido un premio de Ducati. Tras haber sido la mejor Ducati en SBK en 2010, la marca de Borgo Panigale le ha "prestado" la moto de Mika Kallio para correr en Valencia y Portugal.

De canguros y koalas

Son muchos los animales exóticos, animales que los europeos solo hemos visto en la televisión y en fotos. Acudir al centro de conservación de especies y poder ver, tocar y dar de comer a una manada de canguros es simplemente sensacional. Los koalas, demonios de tasmania y demás especies autóctonas de la zona, ponen la guinda a la vista al centro de conservación.

El ojo de Ravaioli

El ojo de Ravaioli quedó muy maltrecho por un juego de niños. Más bien por el aburrimiento… Nos cuentan que Marco Ravaioli y Louis Rossi (pilotos de 125cc) se encontraban el martes en la casa de su equipo. Aburridos, descubrieron una bolsa con palos de golf en trastero. Como no podía ser de otra manera, se pusieron manos a la obra. En el primer golpe Ravaioli falló, a lo que su amigo Rossi le cogió el palo para decirle «mira, se hace así», con la mala fortuna de no medir bien el movimiento y darle en toda la cara al italiano con el palo de golf. El resultado fueron cuatro puntos de sutura en el pómulo y la no participación en el entrenamiento del viernes por prescripción médica.