La Generalitat Valenciana asume la deuda de la Fundación VCF y ahora se sentará a negociar con Bankia la refinanciación de ese préstamo. El objetivo es no tener que desembolsar los 81 millones a los que asciende el capital, más los 4,8 de intereses devengados. Así lo anunció ayer el vicepresidente y portavoz del Consell, José Císcar. Una de las opciones que baraja, incluso, es incluirlo en el Fondo de Rescate del Gobierno, aunque fuentes del Consell apuntaban a Levante-EMV que es una más de las que se contemplan. El primer paso, sin embargo, deberá darlo la entidad bancaria, que aún no ha ejecutado el aval firmado por el Instituto Valenciano de Finanzas.

De ahí que Císcar optara por la prudencia, al indicar que si se produce «lo que con total seguridad parece que va a producirse», el Consell buscará otras fórmulas que eviten el pago total del crédito en una vez, «como su conversión a otro producto financiero», en alusión a unas condiciones financieras distintas a las actuales y con un período de carencia. El Ejecutivo valenciano podría contemplarlo como vencimiento de deuda de 2013 dentro del Fondo de Liquidez Autonómica, con lo que el Gobierno automáticamente obligaría a Bankia — por tratarse de un banco español— a renovar el crédito esta vez con la Generalitat.

La idea es no pagar de momento, bajo ningún concepto, y renovar. «No tener que hacer frente a ese pago no es tan difícil porque Bankia siempre ha tenido sensibilidad con la Comunitat Valenciana», dijo un Císcar convencido de que ahora volverá a actuar con «sensibilidad y predisposición». El vicepresidente dejó entrever su disgusto por haber llegado a este punto, cansado como estaba en todas sus apariciones públicas de asegurar que no intervendrían en el Valencia. Ayer apeló a la responsabilidad, y a cumplir con la herencia recibida. «Tenemos responsabilidades más urgentes y es una situación que no es de nuestro gusto, pero ha surgido y le haremos frente desde la sensatez y sentido común», argumentaba. Y no quiso profundizar en la operación política diseñada en su día por José Luis Olivas (Bancaixa) y Francisco Camps, entonces presidente de la Generalitat, para abortar el asalto del grupo Dalport al Valencia CF. «Eran otros tiempos y otras circunstancias», justificaba ayer Císcar. Vino a recordar el vicepresidente que en aquellos momentos «se consideró conveniente», como se hizo también con el Hércules, Elche y Levante UD, aunque en menor medida. «La Generalitat está para generar puestos de trabajo y preservar políticas sociales no para esto», reiteraba, consciente del calado de este tipo de medidas en la actual coyuntura.

No hay aún contacto con Bankia

Císcar aseguró en su intervención que por el momento Bankia aún no se ha puesto en contacto con la Generalitat, y que la última comunicación entre ambos se produjo cuando la entidad financiera solicitó al Ejecutivo que ampliara su aval en 5 millones de euros, a lo que el Consell no accedió. A la pregunta de si el gobierno valenciano como máximo accionista del club pasaría a tener poder de decisión en su gestión diaria, Císcar, fue rotundo: «La Generalitat no está para gestionar clubes de fútbol», recordando ahora que sus prioridades pasan por otros frentes como atender al pago de acreedores, por lo que no entraría en su funcionamiento diario aunque estaría vigilante para que las cosas se hicieran «como se deben de hacer» por si se produjera «alguna actuación irracional, ilegal» .

«Pero confiamos en los actuales dirigentes», apostillaba. Sobre si defendería la realización de una auditoría, se mostró «totalmente partidario» de dar información a socios y accionistas. «Somos conscientes de la importancia que el Valencia tiene para la sociedad valenciana y, dentro de eso, vamos a hacer las cosas para que club continúe adelante de la mejor manera posible», agregaba.

"Una persona de consenso, capacitada y valencianista", y Rus en las quinielas

El próximo presidente de la Fundación será «una persona capacitada, de consenso y que esté vinculada al valencianismo». Así lo anunció y definió ayer el vicepresidente y portavoz del Consell, José Císcar. El día 14 de febrero, Társilo Piles dimitirá, dejará la presidencia de la Fundación y serán los patronos quienes elegirán al nuevo presidente. Un cargo al que, por los estatutos de la misma, sólo puede aspirar uno de los patronos. Esta situación, a priori, descarta a Alfonso Rus —que ayer sonaba como candidato— ya que el patrono que representa a la Diputación de Valencia es el diputado Miguel Bailach. Para que el presidente de la Diputación optara al cargo, primero debería ser propuesto patrono de libre designación y ser aceptado por el patronato. Fuentes cercanas al Consell defendieron ayer que aún no se maneja ningún nombre y que el requisito más importante es ser «valencianista». El Patronato está constituido por el President de la Generalitat, como Presidente de Honor, 13 patronos institucionales, 20 de libre designación y 13 designados por el VCF. Al insisitirle ayer los periodistas a Císcar sobre el sueño de Rus de presidir el Valencia, este contestó: «No conocía yo ese sueño, se lo preguntaré». A lo que se sucedieron las risas, informa A. Barbeta