Sofiane Feghouli constituye uno de los enigmas de este Valencia. En los momentos de mayor palidez colectiva, era el único jugador que aportaba color al juego valencianista y sin embargo ahora, cuando el equipo empieza a encontrar su tono, Feghouli se ha desteñido. Ayer Ernesto Valverde esperó al final del entrenamiento para mantener una conversación a solas con él. En el centro del campo de entrenamiento, técnico y jugador dialogaron durante cerca de diez minutos. En la charla se pudo ver a Valverde gesticular como un maestro de escuela recurriendo a la mímica para despertar el interés del alumno o, al menos, para que la lección quede grabada.

Para entender el proceso que ha acabado con la suplencia de Feghouli hay que atender a varios factores: la apuesta de Valverde por el juego interior, la definitiva irrupción de Canales, que encarna el último Valencia con estilo reconocible y, además, el valle de rendimiento del propio Feghouli en la segunda parte del campeonato. El jugador comenzó la temporada aglutinando los valores que reclama la grada. Una mezcla de entusiasmo, tenacidad y fulgor inconsciente le convirtieron en el jugador revelación del pasado año, en el que marcó seis goles y dio cinco asistencias. El inicio de la presente temporada elevó las expectativas: tres goles antes de invierno y partidos reseñables como ante el Bayern de Múnich, despertaron la urgencia en la dirección deportiva por firmar una renovación de contrato. En enero se selló ese nuevo acuerdo y Sofiane adquirió nominalmente rango de estrella -1,2 millones netos por temporada, uno de los cinco mejor pagados de la plantilla-, además de prolongar el acuerdo hasta 2016 y elevar su cláusula de rescisión a una cifra muy elevada.

Después Feghouli se marchó a la Copa de África y no volvió hasta febrero. Desde entonces, si bien siguió siendo titular un tiempo, cualitativamente su peso en el juego se ha diluido progresivamente. Desde que volvió de la Copa de África no ha marcado gol y solo ha sumado una asistencia a las estadísticas. Por establecer una comparación, en el mismo periodo de la temporada pasada, Feghouli sumó cuatro goles y otras cuatro asistencias.

Su incidencia en el juego ha descendido numéricamente y eso enlaza con la segunda razón de su suplencia. Preguntado por el cambio de esquema -de las bandas al juego interior- Valverde dijo antes del encuentro ante el Málaga que "es importante tener extremos puros, pero lo es más tener jugadores que metan goles". Se refería a Jonas y también a Canales, que marcó ante el Espanyol. El cántabro es ahora la primera opción para ocupar ese puesto. Además de goles, Canales supone un apoyo más al juego del centro del campo y muestra mayor movilidad en la zona cercana al área rival. Tras el discreto partido en San Sebastián y la recuperación de Canales, todo indica a que Feghouli volverá al banquillo ante Osasuna. Sean cuestiones meramente tácticas o una sesión de motivación, Valverde aprovechó el entrenamiento para tratar de recuperar al mejor Feghouli. Durante el tiempo que lleva en Valencia, el técnico ya ha sentado en el diván a jugadores como Parejo, cuyo papel en el equipo ha pasado de intrascendente a imprescindible; o Éver Banega, que anuncia su enésima resurrección futbolística. La larga conversación entre Valverde y Feghouli puede ser un nuevo punto de partida para el futbolista, antes de que languidezca como esta liga.