Empeñado en largarse a la Premier League, está claro que algunos se precipitaron en proclamar a Roberto Soldado como el emblema del Valencia. Estando el delantero en manos de quien está y habiendo confiado su carrera en quien la ha confiado, no es de extrañar que, a la más mínima salga escopetado de Mestalla. Así ha sucedido toda la vida con Toldrá(s). Antes el padre „un tipo cabal„ y ahora los hijos„ han pescado sin ningún pudor ni miramiento en los caladeros del Valencia „. Tanto en Paterna como en el primer equipo han obtenido excelentes capturas y se las han llevado a otras lonjas para venderlas a muy buen precio. Negocio cerrado, que es lo suyo.

Por contra, traer han traído poco y casi siempre productos en estado perecedero o de escasa calidad. Léase Fernando Morientes, por ejemplo, que sí, algunos goles marcó, pero llegó ya en el ocaso. Años antes, cuando iniciaba su pujante carrera en el Zaragoza y el Valencia se interesó por él, Toldrá(s) prefirió enviarle al Real Madrid. Lógico. Pero luego que no presuma de mestallista. La gente de su oficio no puede tener corazón ni colores: sólo el de los billetes de, mínimo, 500 euros, que no recuerdo muy bien en qué tonos están impresos. Y menos aún ser accionista del VCF y delegar su representación en el consejero de asuntos económicos. Además de fea, esa relación tan íntima con Fajardo, no parecía muy ética.

Pedro Cortés, otro apresurado, se atrevió a nominar a Gaizka Mendieta el rat penat del escudo. Si antes lo proclama antes aparece Toldrá(s) dispuesto a llevarse al Chico al Madrid. Sólo la reacción popular frenó aquella maniobra. El entonces presidente Cortés, que no era precisamente Gary Cooper en Solo ante el peligro, se achicó. Mendieta acabó en la Lazio, que no provocaba tantas suspicacias como el Madrid. Con el paso de los años, Mendieta también acabó desembarcando en la Gran Bretaña. De allí regresó como antaño los indianos: forrado, chapurreando el inglés y con un rico repertorio musical.

Ahora, en el caso de Soldado, Amadeo Salvo no da su brazo a torcer y no negocia con Toldrá(s) que, a las primeras de cambio, ya le ha birlado a Chirivella, la perla de la cantera, al que también lo han largado a Inglaterra. El grado de entendimiento entre Mestalla y el presidente, estará en proporción inversa al acercamiento entre el novel mandatario y los hermanos intermediarios (Inc. Corporation). Salvo sabrá a quién elegir.