Lim fichó a Nuno en la final de la Champions

Los contactos para convertir a Nuno Espirito Santo en el nuevo entrenador del Valencia se remontan a hace casi un mes, al 22 de mayo, en una reunión en el turístico enclave de Cascais, a pocos kilómetros de Lisboa, entre el preparador portugués, su agente Jorge Mendes y el propio Peter Lim, futuro dueño del Valencia si cuaja la fase final del proceso de venta.

El empresario singapurense aterrizó en la capital portuguesa donde, dos días después, iba a presenciar la final de la Liga de Campeones entre el Real Madrid y el Atlético. La cita se produjo en el lujoso Hotel Albatroz, con privilegiadas vistas al océano Atlántico. Lim ya tenía por entonces el control de la situación.

En las jornadas precedentes, su equipo de trabajo, instalado en Madrid, había dejado muy perfilado los términos del acuerdo con Bankia, un pacto que la entidad bancaria no confirmaría hasta el viernes 6 de junio.

Con el consenso encarrilado, Mendes y el empresario asiático comenzaron a sentar las bases de su primer proyecto deportivo en Mestalla. No fue complicado convencer a Nuno, entrenador revelación de la liga Zon Sagres con el Río Ave. En esos días, Lim también tuvo tiempo de encontrarse con el presidente Amadeo Salvo, que presenció la final de la Champions acompañado de Lay Hoon, asesora y persona de máxima confianza del magnate.

La decisión, nunca comunicada oficialmente al club, de relevar a Juan Antonio Pizzi encontró la oposición inicial del club valencianista. Tanto el presidente como el manager general deportivo, Francisco Joaquín Pérez «Rufete», eran partidarios de la continuidad del técnico argentino, por tener contrato en vigor y por su rendimiento en los primeros seis meses en Mestalla. No obstante, el peso de la nueva lógica accionarial, ha vencido a las reticencias iniciales y desde el Valencia ya se acepta de forma extraoficial que Nuno será el técnico.

Una breve pero intensa etapa

A falta de acordar una rescisión de contrato que se prevé rápida, por deseo de Pizzi, acabará próximamente la etapa del argentino como entrenador del Valencia, tan breve como lo fue también la de jugador, en la campaña 1993-94.

El expreparador de San Lorenzo se ganó el afecto de Mestalla al reactivar al equipo, sobre todo en Europa. Contra el Basilea se logró una épica remontada que estuvo muy cerca de refrendarse contra el Sevilla, a las puertas de la final de Turín.