«Peter Lim lo quiere todo bien claro y no llevarse sorpresas después». Bajo esta reflexión se puede sintetizar lo que le comentó Amadeo Salvo a Aurelio Martínez, después del viaje a Singapur. Tanto los dirigentes del Valencia CF como los de la Fundación prefieren ser cautos en estos momentos, han logrado que Peter Lim no abandone el proceso de compra del club, pero tienen que cumplir con una serie de compromisos, que pasan fundamentalmente según fuentes de la Fundación por aclarar las consecuencias que tendría el requerimiento de José Granell (por el que pide 87 millones de euros) y la demanda interpuesta por Andrés Sanchis contra la última ampliación de capital realizada en la entidad. Una vez zanjados esos puntos, que podrían resolverse en breve fijando en el contrato de compraventa una cláusula que les exima a los próximos gestores de cualquier pago posterior, la compra se aclararía, y sólo faltarían que en los contratos se fijen unas garantías recíprocas por las dos partes. La Fundación espera para hoy los borradores contractuales firmados, y una vez consideren las partes que está todo ok, se someterá a votación por parte del Patronato.

Desde primera hora de la mañana Aurelio Martínez estuvo con Javier Solís, abogado del club, ultimando la documentación. Los servicios jurídicos del VCF y de la Fundación analizaban al detalle la documentación del requerimiento de José Granell, ya que las consultas que realizaron con Bankia les apuntaron que Granell no estaba legitimado para reclamar los 87 millones porque todo quedó anulado. Sí observan que igual tienen que abonar una cantidad económica pequeña sobre los 900.000 euros que figuraba en la escritura como máximo en el caso de que no se llevara a cabo el proyecto Newcoval, pero para nada sería un obstáculo que impediría la venta a Peter Lim, aunque sí debería quedar definido.

Luego está el asunto de la demanda por la última ampliación de capital que puso Andrés Sanchís. Desde la Fundación insisten en que «no tiene recorrido». Salvados estos dos obstáculos que han bloqueado la operación, tanto el Valencia como la Fundación creen que no habrá impedimento para cerrar la venta, es más, serían optimistas de que acabaría llegando a buen puerto si se fijan en el contrato unas garantías recíprocas. El empresario de Singapur lleva varios años persiguiendo la compra de un club, y ahora que lo tiene tan cerca no quería retirarse del proceso al primer obstáculo, pero tampoco era partidario de enviar los documentos firmados dando su beneplácito si no veía todos los puntos claros que pudieran salpicarle más adelante. Por la forma en que concibe Peter Lim los negocios, cuando afronta cualquier operación y la firma, quiere que se ajuste a los términos contractuales y no que existan reclamaciones judiciales pendientes de dictamen.

Tras los informes jurídicos de las tres partes presentes en el proceso de venta, el tema se solucionará en los próximos días. Lim tampoco ha variado ninguna condición prevista antes de que Salvo viajara a Singapur, la Fundación esperan hoy su documentación.