Alfredo Di Stéfano regatea a la muerte mientras su Argentina festeja el pase a las semifinales del Mundial. Un día después de cumplir 88 años y cuando salía de celebrar su onomástica en un restaurante cercano a su domicilio, el presidente de honor del Real Madrid y extécnico del Valencia sufrió una parada cardiorrespiratoria que se le repitió durante su traslado en ambulancia al hospital Gregorio Marañón en Madrid. Di Stéfano se encuentra ingresado en estado muy grave en la unidad de cuidados intensivos (UCI).

Según un portavoz de Emergencias Madrid, en torno a las cinco de la tarde y cuando Di Stéfano salía de un restaurante junto a su familia, se sintió mal y acto seguido se desvaneció por lo que se requirió asistencia sanitaria. Cuando llegaron los facultativos, el exjugador y extécnico se encontraba en parada cardiorrespiratoria. Los médicos le practicaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar durante 18 minutos hasta que lograron revertir la parada. Di Stéfano fue trasladado entubado y con pronóstico grave al servicio de urgencias del hospital donde se encuentra ingresado en estado de «coma inducido». Está estabilizado y sometido a un tratamiento a baja temperatura.

Durante el último mes, el estado de salud de uno de los considerados mejores futbolistas de la historia ha sido delicado y hasta en siete ocasiones ha sido hospitalizado por problemas coronarios. La salud de la leyenda del Real Madrid se ha ido deteriorando en los últimos tiempos y sus apariciones públicas se han ido reduciendo progresivamente.

Don Alfredo ya ni siquiera viajaba a Valencia donde viven dos de sus cinco hijos. Familiares con los que, tras un polémico rifirrafe, ha recuperado la relación. Y es que, tras el anuncio de que el exjugador se había prometido con la costarricense Gina González, cincuenta años menor que él, sus hijos le denunciaron para conseguir la incapacidad. El juez, y tras tener que declarar todas las partes en el juzgado, en junio de 2013, le otorgó a los hijos la custodia cautelar de su padre y todos los bienes. Al margen de su familia, es Jesús Paredes y Florentino Perez quienes más cerca están de él. El presidente del Real Madrid fue uno de los primeros en acudir al Gregorio Marañón para interesarse por la salud del argentino. Junto a la familia pasó la tarde.

El susto de las Navidades 2005

Fue en Valencia, en las Navidades de 2005 cuando la Saeta Rubia sufrió un infarto agudo de miocardio que le ocasionó «severas estrecheces» en la arteria coronaria izquierda y sus ramificaciones. Estaba pasando las fiestas en Puçol y fue trasladado al hospital del Port de Sagunt. Entonces, se le implantó un cuádruple «bypass» y estuvo ingresado casi un mes. Tras el alta, pasó los siguientes tres meses también en Valencia en casa de su hija.

Los problemas cardiológicos del que fue jugador del River Plate argentino, el Millonarios colombiano, el Real Madrid y el Espanyol se remontan a entonces. En 1989 la revista deportiva France Football premió su brillante trayectoria con el Súper Balón de Oro. Es el único jugador del mundo que lo tiene.

Don Alfredo, como entrenador, dirigió al Real Madrid en 1982, tras entrenar al Elche (1967), Boca Juniors (1968), Rayo Vallecano (1975), Castellón (1976), River Plate (1981) y Valencia (1970-74, 79-80, 86-88). Aquí logró una Liga (1981) y la Recopa de Europa (1980).

La Saeta Rubia nació el 4 de julio de 1926 en Buenos Aires (Argentina) y su unión con el Real Madrid comenzó en 1953 hasta 1964, en una de las etapas más gloriosas del madridismo. Di Stéfano se fue del Real Madrid en 1964, con 38 años, tras perder la final de la Copa de Europa, dejando atrás 510 partidos oficiales con el equipo blanco, en los que marcó 418 goles. Su trayectoria en la entidad blanca estuvo repleta de éxitos. Dieciocho títulos en once temporadas. Con él, la entidad blanca sumó su palmarés con cinco Copas de Europa, una Intercontinental, ocho Ligas, una Copa de España y dos Copas Latinas. Además, ganó dos Balones de Oro (1957 y 1959) que le consagraron como el mejor futbolista del mundo del momento.

Después fichó por el Espanyol, donde jugó hasta 1966, y se retiró. Di Stéfano, nacionalizado español, vistió la camiseta de la selección en 31 partidos y marcó un total de 23 goles.