La afición de Mendes por la ropa cara y los coches deportivos contrasta con una vida familiar discreta, casado en segundas nupcias. Mendes nunca factura maletas para ganar tiempo en los aeropuertos. Sólo carga con la ropa precisa para visitar hasta tres países en un mismo día, en reuniones relámpago, siempre pegado a dos o tres móviles, cuyos números cambia a menudo: «Cuando peor lo pasa es en los aviones, porque debe apagar los teléfonos. Es un drama para él. La última vez que lo vi quedamos a tomar café en Oporto. En una hora sólo hablé cinco minutos con Jorge. Le llamaron del Chelsea, del Nápoles, del Dinamo de Moscú... Respondía en inglés, en italiano, en español y francés», recuerda el periodista Nuno Vieira. Su frenético ritmo, entregado al cuidado de sus futbolistas y de sus familias, le ha convertido en casi inaccesible para la prensa, a la que rara vez concede entrevistas. Antes prefiere el contacto con la televisión, de la que no recela tanto: «Si coincides con él en un acto, no tiene reparos en atenderte. Es muy cordial, siempre responde con un lenguaje muy claro y directo», prosigue Vieira. v. chilet valencia