El empresario Juan Roig es uno de los grandes responsables del éxito. La entrada de la Fundación Trinidad Alfonso en el patrocinio de grandes pruebas dio la fuerza necesaria para traer atletas de talla internacional que firmaran grandes tiempos. Y ahora, Roig lanzaba un nuevo reto en su clave de esfuerzo. «Los atletas ya han demostrado de lo que son capaces. Ahora falta al ciudad. Si Valencia está a la altura, intentaremos conseguí aquí el récord del mundo». Es decir, lo que pedía era «que la ciudad salga a la calle para tomar como propia esta fiesta del deporte. Necesitamos las calles aún más llenas de gente para recompensar a los atletas». Éxitos como este también garantizan el mecenazgo de la fundación. «Nuestra apuesta clara por el deporte popular y su esfuerzo llegó cuando, viendo en Levante-EMV una foto de la salida del maratón, se veía los puentes totalmente llenos de gente. Entendimos más que nunca que había que apostar por toda esta gente».

También mostró su satisfacción el concejal Cristóbral Grau, que recordaba que este éxito es el final a un trabajo hecho desde muy abajo. «Desde que, hace unos años, el maratón lo corrieron poco más de dos mil personas y la marca fue pobrísima. Ahí llegamos a la conclusión de que a esto había que darle un empuje mucho mayor, porque Valencia es, al fin y al cabo, la ciudad de la carrera popular. Lo sucedido hoy marca un antes y un después».