Las bocinas de los camiones suenan en el Circuit de Cheste, tras quince años sin hacerlo. Son las 13.40, aún queda una prueba más del Campeonato de Europa de camiones, pero en la pista empiezan los preparativos para albergar la carrera más esperada del fin de semana, la última de la Euro Nascar. En el box 9 el valenciano Borja García intenta concentrarse para conseguir mejorar su cuarto puesto del sábado. Sabe que será difícil, que tiene un coche con prestaciones muy inferiores a las de sus rivales, pero está resuelto a dar lucha.

Lamentablemente, una hora después, las sensaciones serán muy diferentes. Tal y como se temía, el vehículo, que su equipo había alquilado a la organización porque no tenían suficiente tiempo para preparar uno propio, volvía a fallar y además no tuvo suerte con un incidente de carrera. «El coche no ha parado de dar problemas durante todo el fin de semana», denunciaba. Tanto es así que, aunque luego rectificó, nada más acabar la carrera estaba resuelto a tirar la toalla: «Así no creo que vaya a correr más esta competición». Y añadía: «Ya que pagamos, cabría esperar que el coche lo traigan en condiciones, desde el primer día ha ido mal, se han ido rompiendo piezas aunque nos habían asegurado que estaba perfecto y revisado», lamentaba el piloto valenciano.

«Parece que aquí cada cual hace lo que quiere y no hay sanciones. El sábado cuando iba segundo, el tercero nos adelantó a todos por fuera, se puso primero, ganó la carrera y no pasó nada. Ahora me tocaron y casi me estrello, pero tampoco creo que lo vayan a sancionar», indicaba un García que explicaba por qué acabó ayer noveno: «He intentado luchar por los puestos de cabeza, pero cuando he adelantado al quinto me ha tocado con la rueda y me ha sacado fuera, he podido corregir de milagro y no estrellarme, pero a partir de ahí ya no tenía nada que hacer».

En esta prueba se impuso sin demasiados problemas el guipuzcoano Ander Vilariño, que es líder de la general y arranca así muy bien la lucha por obtener su tercer Euro Series, tras los de 2012 y en 2013.

Ahora, con un mes por delante, pues la próxima carrera será el 23 de mayo en Holanda, Borja García y su equipo tienen tiempo para contar ya con un coche propio, que sí puedan modificar, y con el cual afrontar lo que resta de campeonato con garantías. Esto, además del compromiso con los patrocinadores y el hecho de que no quiere, ni puede «estar un año en casa parado» hará que, como el mismo reconocía, no cumpla su amenaza de abandonar el campeonato.

Aparte de estos sinsabores de Borja García, el fin de semana tuvo como principal nota positiva que la gente respondió y más de 20.000 personas se dieron cita en el Circuit para disfrutar de este doble evento. Por unos días el Ricardo Tormo se convirtió en Daytona o en Indianápolis con este «American Fest», pues a las numerosas emociones en la pista había que añadir una gran diversidad de actos en el paddock. Uno podía disfrutar de un concierto en directo al tiempo que se deleitaba observando bólidos de todo tipo, motos de lo más originales o incluso una réplica exacta del «coche fantástico». Las exhibiciones de patinaje, así como las de condución de cars, motos y coches, centraban gran parte de la atención. Además, a estos últimos te podías subir y, a riesgo de marearte, dejarte llevar con sus trompos y frenadas imposibles.

De vuelta en la pista, el piloto de camiones Antonio Albacete se adjudicaba la victoria en la última carrera del fin de semana. Albacete partía tercero, pero se colocó líder en la primera curva y a partir de ese momento no hubo forma de bajarlo de ahí. «No me esperaba que fuera tan pronto, pero he sabido mantenerme en cabeza. Espero que podamos estar en la lucha por el título», indicaba. Una batalla que buscará también García en la Nascar.