El fútbol italiano, que tocó su techo de prestigio en el Mundial de 1990, ha entrado en una fase de decadencia que ha desembocado en la árida realidad actual de estadios semi-vacíos y antiguos, violencia en las Curvas, descenso en el nivel competitivo europeo e históricos condenados a la refundación (Parma). La maniobra de salvación ha sido la de vender las sociedades. La concentración de los clubes en manos de ricos propietarios no resulta ninguna novedad en Italia, cuyas potencias más tradicionales han estado históricamente vinculadas a grandes familias. La Juve con los Agnelli, patroni de la Fiat; la Roma siempre ha estado controlada por el clan Sensi; en distintas etapas el Inter se asoció a los Moratti; como la Fiorentina al productor cinematográfico Vittorio Cecchi Gori. La crisis ha alcanzado también a los grandes dominadores de siempre. Aunque la Juventus se adaptó, a tiempo y casi contra su voluntad. A la catarsis que supuso el descenso administrativo a la Serie B le han seguido un puñado de decisiones sensatas, como renovar Delle Alpi quitándole las pistas de atletismo y la mitad de los asientos. Los llenos están asegurados y se nota el aliento de la hinchada. Moratti acabó su mecenazgo en el Inter traspasando la propiedad al indonesio Erick Thohir, aunque sin resultados a corto plazo. Al rescate del Milan, anclado en mitad tabla (ayer le sonrojó el Nápoles por 3-0), llega el hombre de negocios tailandés Bee Taechaubol, que se aficionó al fútbol viendo de niño a aquella maravilla rojinegra creada por Sacchi con motores holandeses. En su obsesión por acercarse al Milan, creó la llamada «Global Legend Series» para pasear por el sudeste asiático a gente como Shevchenko, Kluivert, Nesta o Seedorf „todos ellos exmilanistas„. Berlusconi, gran maestro de ceremonias, recibió saludándole con el típico «Namaste» oriental, pero se niega a soltar de momento el 51 % de la propiedad.
Además del alirón juventino, la jornada en la Serie A dejó la victoria en casa de la Roma sobre un Genoa que va a menos. Un 2-0 que le permite recuperar la preciada segunda plaza de ingreso directo en Champions, en detrimento de su eterno rival, una Lazio que se dejó dos puntos en Bérgamo (1-1). Un punto les separa. Habrá derbi hasta el final.
Ni París Saint Germain ni Olympique de Lyon ceden en su duelo por el título en Francia. A tres jornadas para el final, los parisinos, vigentes campeones, mantienen una renta de tres sobre el OL, al que se le resiste un campeonato que conquistó por última vez en 2008, cerrando una hegemonía de siete ediciones consecutivas. El Lyon puso presión al ganar el sábado ante el Evian por 2-0. Pero los de Laurent Blanc respondieron ayer con un solvente 0-2 en Nantes con tantos de Cavani y Matuidi. Ante la cabalgadas solitarias de Juve, Bayern y Chelsea, en Francia y España aún queda emoción.
La derrota del Aberdeen ante el Dundee United dio ayer el título escocés al Celtic. Es el número 46 en la historia del club católico y el tercero seguido en ausencia del Rangers, su gran enemigo, con esperanzas de volver el año próximo a la elite. La Liga refuerza al joven técnico noruego Ronny Deila (39 años), y disipa la añoranza de Neil Lennon, ídolo indiscutible de los «bhoys».
