Muchos son los buenos recuerdos que guardo de tu vida, una vida desgraciadamente demasiado corta, pero a la vez larga por la intensidad de los momentos que hemos compartido. Has sido piloto, hijo y amigo y en ese fatal accidente en Laguna Seca he perdido de golpe a los tres. Lo supe casi al momento, viendo la carrera. Tuve un mal presentimiento, pero me negaba a creerlo.

Hoy debo despedirme del piloto, de otro gallego que pasa a ser un mito de este deporte, junto a Juan López Mella o José María Martín Vázquez, pero también digo adiós al hijo entrañable, al mejor del mundo, al menos para tu madre, para mí, para tu hermana y para tu tío Nando. El hijo que cualquiera hubiera podido desear. Y veo cómo se marcha la persona en la que descubrí al mejor amigo, a ese amigo íntimo que fue mi propio hijo. Solo espero que allá donde te encuentres tengas la misma opinión de mí.

En estos duros momentos siento un dolor que no puedo describir con palabras, pero también mucho orgullo. Orgullo por no haber visto a una persona tan feliz corriendo y dedicándose a esta profesión de piloto, en una Galicia donde no es fácil hacerlo. Quizás estamos en la parte de España más complicada para dedicarse a este deporte, pero también contamos con la mejor afición. Tú sabes que si volvieras a nacer volvería a apoyarte. El motociclismo sigue y quiero que los que vengan sigan corriendo en este deporte. Pero tú ya no estarás conmigo en el box. Ya no hablarás conmigo antes de las carreras, ya no me dirás cuándo tenías problemas en un tren delantero o si la moto tenía poco grip. Ya no me enviarás más mensajes como el último desde Estados Unidos, en el que me decías que me querías más que a nada. Y yo ya no podré verte haciendo lo que más te gusta, estar encima de la moto.

He perdido un hijo pero he ganado un héroe, y ahora es cuando lo estoy descubriendo, con miles de llamadas y mensajes de ánimo de todas las partes del mundo. Yo no puedo odiar el motociclismo. Sin el motociclismo no habría esta repercusión, esta solidaridad, y yo ahora solo quiero que tengas el mejor homenaje y la mejor despedida posibles.

Me despido de ti Dani. Solo puedo decirte una vez más que te quiero. Y mucho gas estés donde estés. Seguro que tu abuelo te recibirá con los brazos abiertos.